Dia 1: A Través del Espejo

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El ejercicio siguiente te ayudará a conseguir la conexión con tu
cuerpo, logrando una mayor percepción en el contacto entre los niveles
psicológico y físico. Empieza por pararte completamente desnudo
frente a un espejo de gran tamaño con una luz detrás de ti. Examina tu
cuerpo de cabeza a pies, y viceversa. Cuando te hayas estudiado a ti
mismo, considera lo tremendamente familiar que te resulta tu cuerpo,
y qué diferencias sientes entre tu propio cuerpo y los cuerpos de los
que te rodean. Intenta darte cuenta de algunas marcas u otras características
únicas o poco corrientes que te asocian con tu cuerpo. ¿Cómo reconoces tu cuerpo cuando te ves fotografiado entre un gran grupo de personas? ¿Existe un rasgo familiar que te asocia con tu cuerpo? ¿Qué sabor de boca tienes ahora mismo? ¿Qué ha cambiado en tu cuerpo, y qué permanece, según has ido creciendo? ¿Qué te gustaría cambiar?

Mientras continúas parado frente al espejo, cierra los ojos y respira lenta y profundamente. Recuerda el aspecto que tenías cuando te has mirado al espejo. Toma aire de nuevo profundamente, y, cuando lo exhales, abre los ojos y mira tu imagen. Inhala profundamente una vez más. Luego cierra los ojos y recuerda de nuevo el aspecto que tenías cuando te has visto reflejado en el espejo. Exhala lentamente, abre los ojos y mira de nuevo al espejo. Date cuenta de lo que sientes sobre ti mismo y sobre la realidad que parece cambiar sutilmente cuando tu atención se dirige directamente hacia tu imagen reflejada, luego interiormente hacia la imagen mental de tu cuerpo. Este ejercicio inicial no debe llevarte más de veinte o treinta minutos.

Instrucción de vuelo.— Tómate un descanso de treinta minutos antes de proceder con el siguiente ejercicio.

Vístete y ve a dar un paseo alrededor de la manzana o corre un poco con pasos cortos, lo que te ayudará a meterte en la realidad cotidiana. Presta particular atención a la forma en que se mueve tu cuerpo y siente cómo son tus pasos. Date cuenta qué fácilmente, casi de forma inconsciente, mueves una parte de tu cuerpo tras decidir hacerlo. Siente tu cuerpo respondiendo al torrente de sensaciones cuando realizas actividades como el caminar, levantar algo o conducir un coche.

Cuando regreses de tu descanso, siéntate en una silla confortable, preferiblemente una que te permita estirarte, y relájate con los ojos abiertos. Respira profundamente y date cuenta enseguida de lo que siente tu cuerpo mientras se relaja en la silla. Presta atención a las sensaciones de tus músculos, y la diferencia entre cómo se sintió tu cuerpo cuando estaba en actividad hace un rato y cómo se siente ahora que has empezado la relajación. Observa si puedes percibir tu corazón latiendo en el interior de tu pecho. Date cuenta del modo en que los latidos son más lentos según te vas relajando. Presta atención a tu respiración.

Percibe cómo tu respiración también va siendo más lenta.

Mueve los dedos de manos y pies. Contrasta las profundas sensaciones desde dentro de tus músculos hasta la superficie de tu piel.

Siéntate, todavía con los ojos abiertos, durante diez o quince minutos e imagina que en vez de la realidad práctica que normalmente vives, a través de los órganos sensores de la superficie de tu cuerpo, percibes el mundo desde dentro de él. Por ejemplo, imagina que tus ojos son agujeros transparentes a través de los cuales tu conciencia observa el mundo. Luego siente cómo te encoges dentro de tu cuerpo.

Imagínate a ti mismo volviéndote cada vez más pequeño, hasta que tu cuerpo es como un naipe ajustado que se suelta de tu conciencia. Para terminar, cuando te sientas bien haciendo esto, respira lenta y profundamente e imagínate volviendo gradualmente a tu tamaño normal.

Instrucción de Vuelo.— Aunque puedes estar impaciente por pasar enseguida al siguiente ejercicio, te recomendamos que te tomes un descanso durante la noche. Es el mejor modo para permitir que tu subconsciente absorba completamente las imágenes que se han ido formando.

Conserva en la mente, sin embargo, tus
progresos en el Programa de Vuelo Libre, ya que puede beneficiarte el repetir este ejercicio, así como otros que has aprendido en días anteriores.

El ejercicio anterior, por ejemplo, puede practicarse en varios momentos del día, relajándote y trayendo a la mente las imágenes que tuviste cuando lo aprendiste.

Podrías intentarlo la próxima vez que te encuentres esperando un vuelo en el aeropuerto, sentado en una sala de espera o viajando en el "Metro". Repite todos los ejercicios del Vuelo Libre regularmente como una buena forma de reforzar sus efectos, así como, por otra parte, de acercarte a tus actividades cotidianas y sigue con el resto del Programa de Vuelo Libre de la forma descrita.

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