Capítulo 3: Paraíso

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Capítulo 3: Paraíso

Soundwave.

Estaba en lo correcto, y no me sorprendía. No es como si yo me equivocara alguna vez. Aunque aveces llego a pensar que mi mayor error es y siempre será amarlo de esta forma. Un error del que no me arrepentiría jamás, es lo más probable, a pesar de todo.

No quería volver, no tan pronto, pero mandaron a buscarme. Mi Lord, ¿quién más? Pude haberme deshecho de esos soldados en un nanociclo, pero no lo hice. Y el motivo yacía en mi cabeza más que claro: quería volver. Muy dentro de mí, quería.
Talvez por masoquismo, o quizá por simple fidelidad, ya no lo sé. Hoy en día, ya no estoy seguro de nada.

Lo único de lo que si estaba convencido, es de que no me encontraba en condiciones de llegar y verle la cara a ese pedazo de chatarra de Starscream. Y que tampoco estaba preparado para tratar de ignorar a mi Lord. Pero de nuevo, es algo que tendría que soportar. No es que mi vida esté llena de comodidades, lujos, o caprichos cumplidos. Aunque es algo con lo que llegué a soñar, claro que sí.

Y ahora, estaba de vuelta en la nave, acompañado por los soldados estúpidos que creen que me capturaron. Creo que la estupidez humana es contagiosa y a ese par ya se les pegó.

Lo único que por ahora no quiero es darle cara a Lord Megatron. No me importa que me golpee, que es muy probable que lo haga. El problema es, que así me haga sonar el ser más patético del universo, sus golpes y regaños solo lastimarán aun más mi spark. Y por ahora, no es un buen momento en el que pueda soportarlo y simplemente ignorarlo. No, ahora no estoy tan fuerte.

—Camina. Lord Megatron desea verte.

¿Y estos quienes se creen para jalarme del brazo y hablarme así? Están cavando su propia tumba. No responderé, como siempre.
Pero lo que si hice fue deshacerme de ellos con unos simples movimientos y dejarlos noqueados con una descarga de un par de mis tentáculos. Ya dije que no quiero verlo, no por ahora.

Me sentí egoísta, y mal. Por más que Megatron me dijera esas cosas horrendas, y me tratara como a cualquiera; de todas formas mi vida no tenía ningún sentido hasta que él apareció en ella.

Muchos no saben nada de mí. Creen que nací siendo decepticon, "malvado", o que sé yo. Pero no tienen ni idea. Seguro ni les pasa por el procesador que no siempre fui así de silencioso. Yo solía hablar mucho, cuando era un simple músico en K-On. Ganarme la vida de esa forma no era fácil. Ese gobierno corrupto, ese estúpido sistema que solo beneficiaba a los de la alta sociedad. Me pasaron tantas cosas en mi miserable vida... Algunas que no puedo olvidar, pero que definitivamente quisiera hacerlo.

Del tipo de cosas que te hacen cerrar la boca para siempre.

Y entonces apareció él. Megatronus. Con sus promesas de revolución, de lograr un Cybertron mejor. Se le veía tan animado, entusiasta. Él quería hacer las cosas bien. Fui de los primeros en unirme a la causa. Sus palabras endulzaron mi apagada spark, le creí, deposité toda mi fe en él. Y de pronto, ya tenía a alguien con quien hablar. Alguien que logró hacerme hablar otra vez.
Con el único que utilizo mi voz actualmente.

Claro que, muchas cosas pasaron. La senda del bien no se cumplió. Inculparon a unos compañeros por asesinato y se tomó al movimiento decepticon como rebeldes agitadores. Los diez mil reclutados requeridos a la causa se cumplieron, y más. Aun así, no se nos dio el status de partido político. Una vez más, gobierno corrupto.

Desde ahí supe que Megatronus ya no sería el mismo. Que la guerra había comenzado y que yo... Estaría siempre a su lado. Pasara lo que pasara.

Pero ahora solo estoy aquí, encerrado en mi habitación nuevamente, tratando de ignorar toda mi actual situación y como llegué a esto.

La mente del calladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora