Decidimos poner distancia con las plantas superiores de la casa, y comenzamos a investigar como salir por el sótano...hasta que nos dimos cuenta que por algo es el sótano.
-Marie, la única forma de salir es subir a la planta principal. Aquí solo estamos perdiendo el tiempo.
Ella asiente y reunimos nuestras pertenencias, ella los cuchillos y la pistola y yo cargo con la ballesta.
Comenzamos a subir.
Inmediatamente después de llegar al rellano del primer tramo de escalera las cosas se tuercen. Con la linterna iluminamos el bate con el que el hombre irrumpio en la casa, con salpicaduras de sangre seca en toda su estructura; vaya Marie, igual las cosas se salieron de control un poco mas de lo que imaginas.
El golpe sordo que escuchamos con anterioridad se oye cada vez más cerca del inicio de la escalera que supuestamente nos llevará a la planta principal de la casa, parecen pasos sobre una superficie mohosa, como si todo estuviese inundado y una masa gelatinosa se moviese, arrastrándose por esta superficie.
Terminamos de subir los siete escalones que nos separaban de la puerta superior del sótano, colocándonos a cada lado de esta mientras los golpes se detienen abruptamente y un eco sibilante repite incesante una sola palabra: "Sal". De repente, Marie empuja la puerta dejando al descubierto al dueño tanto del eco como de los pasos: Joan.