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- Entonces fui a mi casillero y cuando lo abrí había una carta anónima que decía: Hola Zara, te quería decir que hoy te vi y descubrí algo en vos que nunca había descubierto, descubrí tu belleza, tu valentía, tu cariño. Ese cariño que le das a todos cuando están mal o en sus peores momentos y lo persivo cuando estás sentada al lado mío porque no está Sabi y porque es el único lugar, si no fuera el único te sentarias adelante, como siempre. Perdón si te incomodo, perdón si no te conozco y parezco raro, son mis sentimientos los que lo hacen y eso yo no lo puedo parar.

- ¿Encerio? ¿Quien será? Preguntó muy pensativa Sabi.

-Nose Sabb. Exclame.

Las cartas del casilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora