Parte 3

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El amor no existe. No es un ingrediente indispensable para la receta de la felicidad. No es la última Coca-Cola del desierto. No lo inventó la reina del arroz con pollo. No hace que las mañanas sean más o menos frías, o que las noches sean más cortas o menos largas. No nos hace mejores, pero puede hacernos peores. No ganamos nada cuando lo aceptamos, pero perdemos todo cuando se nos escapa de las manos. ¿Por qué razón arriesgarlo todo por algo tan etéreo, cuando nos podemos garantizar la felicidad eterna planificando nuestro futuro con precisión científica? ¿Por qué abrir las puertas al desequilibrio sentimental, cuando la seguridad emocional nos espera a la vuelta de la esquina? 



El amor no existe. Por lo menos no en esta vida, no en este planeta, no en esta realidad. No existe en la profundidad de su mirada. Nunca ha estado en la ternura de sus besos, ni en el calor de sus caricias. No se esconde en mi cabeza cuando recuerdo su respiración, ni camina por mi espalda, como lo hacen sus dedos, cuando no está. No alimenta de suspiros mis pulmones, porque no deambula la ciudad. No acelera mi corazón porque no le doy cuerda, ni dejo la rienda suelta para que paste a libertad. No. Yo no.   

El Amor No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora