Despedida

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Medio año ha pasado ya... ¿eh? Quién iba a decir que el tiempo volaba tanto... La verdad, no esperaba que las cosas acabaran así... Pero, bueno, supongo que es mi destino, escrito desde el momento de mi nacimiento. ¿A caso importa ya? Total... ya no soy nadie para nadie... Supongo que poco a poco me estoy dando cuenta de  que todo fue un error. Cierro los ojos unos instantes, respirando profundamente... ¿Cuándo ha sido que he dejado de tener todas las emociones positivas? ¿Cuándo fue la última vez que no sonreí falsamente? Ah... ya ni me acuerdo... Fue hace tanto tiempo... Abro mis ojos de nuevo, en silencio. A mi alrededor no hay nada más que silencio, absoluto, un portátil apagado encima de la mesa y yo tumbada en la cama. Desde luego... Apesto. Alzo mi teléfono, mirando la hora. Un móvil, un objeto que se supone que se usa para comunicarse con las personas que conoces... ¿Cuándo fue la última vez que hablé con alguien por teléfono? Ah, claro, hace unos días... cuando simplemente se limitaron a decir que no me escuchaban y, tras innumerables intentos de llamar de nuevo no volvió a responder. Últimamente... sólo pienso en que lo mejor es... matarlos a todos. Sé que es un pensamiento absurdo, e incluso egoísta por mi parte pero, ¿qué se le va a hacer? La venganza lentamente es lo único que me está llenando, acompañada de la soledad. Echo de menos mi antigua vida, poder sentir de nuevo el olor de mi padre, el del amor de mi vida, poder ser abrazada de nuevo, poder sentir aquel calor... aquella ternura y aquella muestra de afecto que conseguía, en cierto modo... reconfortarme...

No... ¿qué es ésta sensación de vacío en mi interior? ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué siento que eso es lejano? ¿Por qué siento que... ya no me importa en lo más mínimo el amor de los demás hacia mí? ¿Qué me está pasando? Me incorporo lentamente, abrazando mis rodillas, mirando atentamente la funda negra en forma de guitarra que se encuentra en el sillón. Recuerdo que cuando empecé a tocar, mi hermano me dijo que sería mi mejor amiga, mi aliada en mis alegrías y penas y, a pesar de que no he dejado de tocarla... Sigo sintiéndome vacía... Es como si, de repente, el dolor que tanto me había invadido todos éstos años hubiera desaparecido, se hubiera ido alejando, y no precisamente para dar paso a la soledad... Es como si, de repente, hubiera dejado de tener emociones, sentimientos de alegría, sentimientos de dolor... Simplemente... hay vacío y silencio. No sabía que eso podía llegar a ocurrir, pensaba que era imposible, pero llevo así ya unas semanas. La verdad es que sigo sin entenderlo del todo, a pesar del vacío que llena mi cuerpo, no puedo evitar pensar en la venganza y el asesinato, poder tomar un arma blanca, agarrar a alguien del cuello y desgarrar su corazón. Poder sentir la sangre por todo mi cuerpo, olerla... Tal vez así pueda sentir algo, aunque sean remordimientos, odio... yo qué sé, lo que sea. Ahora la pregunta que me planteo es, ¿ya me he vuelto loca o simplemente el demonio de mi interior está por fin despertando? ¿Por fin puedo dejarlo salir? Oh... claro... sus palabras... "No tienes por qué retenerlo siempre. Si quieres soltar algo que te duele, sólo hazlo"  Ya... Eso me había dicho mi hermano meses atrás, pero antes de dejarme tirada como una mascota de entretenimiento del que se ha cansado y que simplemente ya ni siquiera conoce. Total, él ya no importa... Ni él ni nadie. Cierto, mis ansias de matar han aumentado sobretodo en él. ¿Quién lo diría, verdad? Pasar de un amor profundo a simplemente... un adiós para siempre. Total, toda mi vida ha sido siempre así, llena de traiciones y abandonos que han acabado destrozándome por dentro. ¿Será por eso que he dejado de sentir? ¿Que mediante cada traición, cada puñal clavado en mi corazón mi alma se ha acabado desvaneciendo lentamente hasta no quedar nada de ella? Bueno... Si es la hora de liberar al demonio que hay en mí, que así sea. Supongo que será mejor que estar sentada tanto tiempo, sin hacer nada especial, nada más que la mismísima rutina. Ahora que lo pienso... Creo que, en cierto modo, mi "yo" ha desaparecido por completo dentro de mí. Espera... ¿desaparecer? No, no es eso. Ha muerto. Ya no soy la misma, ya no soy yo, sólo soy un cuerpo que se limita a despertar todas las mañanas, hacer todo lo que tiene que hacer y luego quedarse unas horas en el ordenador. Es verdad, tanto ha sido así que hasta ya no tengo esa sensación de dolor que me impulsaba a escribir todos los días, con música de ambiente, mientras mis manos temblaban y mis lágrimas caían por mis ojos. No, esa chica ya está muerta, la han matado, todos y cada uno de los traidores que se atrevieron a acercarse a ella, viéndola como un objeto que servía de ayuda en sus situaciones difíciles y que, después de eso, se cansaran al conseguir o no lo que deseaban y la tiraran, abandonaran.


Monstruo... He escuchado tantas veces esa palabra en mi cabeza que pensé que era cierto, pero en realidad no soy yo, son ellos. Todos ellos. ¿Y luego los humanos se atreven a preguntar por qué se matan entre sí? Sois una especie que simplemente quiere lo mejor para él, quiere ver lo mejor de él, los demás no importan mientras sea feliz. Qué asco... Apestan. Merecen morir, merecen desaparecer y caer en el olvido, como mis sentimientos, como todos los que consiguieron que acabara así. Sí, sin duda, ellos son los monstruos, ellos son los que simplemente disfrutan haciendo daño a otros. Sí, es así. Por eso, que yo piense en matar a alguien o que lo haya hecho ya, no importa, porque simplemente acabarán muertos tarde o temprano, todos. Ya no tengo miedo, ya no siento dolor ni alegría. Sólo quiero ver morir a alguien, quiero que mis propias manos sean las que destruyen una vida.


Mi mirada se desvía de la funda finalmente, para acabar clavando mi mirada en el techo unos segundos, alzar mi mano derecha, colocándola frente mi rostro y mirarla fijamente. Matar a alguien con mis propias manos. Si mi otra yo no hubiera muerto, pensaría que sería algo horrible, que sería algo terrible, pero ahora mismo pienso que es una grandísima idea. Que hubiera estado enamorada de alguien ya no significa nada, que mi padre haya muerto ya no significa nada, que el amor de mi vida haya muerto ya no significa nada, que no tenga familia ya no significa nada... Ni siquiera el hecho de que amaba a mi hermano significa nada en absoluto. Nada de nada. Dejo caer mi mano lentamente, en silencio. Tengo tantas ganas de empezar... ¿Quién será mi primera víctima? ¿Mis antiguos amigos? ¿Mis ex parejas? ¿Mi antigua familia o... mi hermano? Eso es algo que ya decidiré en su momento. Ahora mismo, sólo tengo que encontrar un arma. Sí, es cierto, antes usaba las armas blancas para intentar morir, para un intento de suicidio que siempre resultaba fallido o, simplemente, para intentar disminuir el dolor de mi corazón con más dolor. Hace meses que dejé eso, lo había hecho por mi hermano, ya que me decía que nunca estaría sola, nunca más. Qué irónico... Ahora mismo ya ni se molesta en preguntar si sigo viva. Total, sólo fui una hermana temporal, una chica que simplemente apareció en su vida, se tornó una carga y la dejó de lado. Ya no importo a nadie y ya no me importa nadie. Por eso, ahora, voy a dejar que el demonio de mi interior despierte por completo. Total, es mejor que haya algo dentro de mí a que siga vacío. Supongo que ésta es mi despedida hacia el mundo. Ha sido un placer abandonaros, HIJOS DE PUTA.


Hasta nunca.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2016 ⏰

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