Despertó en un laboratorio no podía apreciar mucho, estaba rodeado con luces parpadeantes de color verde y azul ubicadas en las paredes, conectado a una máquina que verificaba su ritmo cardiaco, confundido intentó levantarse pero se encontraba atado a una camilla cuando escuchó:
-¿despertó?- entonó una voz femenina
-no debería de...le acabo de poner el suero-
Se incorporó lentamente a la realidad, se sentía atontado, de repente se encontró con una gran sorpresa: a los pies de su cama se encontraba con una figura hibrida que lo observaba, como si fuere un perro parado en sus patas traseras, con orejas largas y garras, su pelaje era gris y vestía con un traje elegante de corbata. Sus ojos se abrieron grandemente y así mismo un grito escapó desde el fondo lo que atrajo más su atención acto seguido de un intento de escapar logrando volcar la camilla con el atado; desesperado intentó pero fue todo en vano, de pronto una silueta femenina que apenas se veía se hizo presente en el acto; una chica de aproximadamente 13 años con ojos verdes con forma de avellana detrás de unas gafas de anciana cubiertas por un fleco largo que casi impedía ver su rostro, cabello castaño hasta los hombros y espalda encorvada, su falta de seguridad era notable. Se acercó diciendo: -calma!, te ayudare...- lo desató y Legasp se levantó rápidamente a buscar con que defenderse.
— Mi nombre es Aiden, él es Ragnor, es inofensivo, sólo algo....gruñón— dijo la chica para intentar calmarlo
— Dónde estoy? —
— Área 51— respondió Ragnor
— ¡Puede hablar!—respondió sobresaltado
Indignado Ragnor respondió —D uh, cuando dejes de llorar como marica, estaré listo para tener una conversación contigo jovencito — y se retiró del cuarto.
Aiden avergonzada respondió –lo siento... es especial—
-Por qué estoy aquí?—
-Creo que cometiste un error al entrar a los archivos del gobierno y.... están preparando tu juicio-
-Juicio? ¿Cuál es mi delito? —
- No puedes entrar ahí!, es como invadir propiedad privada, además, para que querías ver los archivos de todas maneras?-, después de esa pregunta, se quedó callado y simplemente contestó –no lo entenderías... — mientras salía del cuarto. Sin siquiera salir de este, encontró una figura alta y chocando con ella casi cayó al suelo –que dem...?- un sujeto alto y con vestimenta de soldado, ojos azules y unidos reflejantes de dolor, complementados por un cabello rubio le recibió;
- A dónde va jovencito?-
Desconcertado por que decir Jack respondió:- Buscaba el baño—
Detrás de él una voz le reprochó:-Eso no fue lo que tu dijiste!, eres un cobarde... tienes miedo de que el perrito te muerda?—, tornándose Jack se encontró con la chica como si fuera otra persona, posaba con su espalda recta y una mano en la cintura y sus gafas en la cabeza apartando todo el fleco que le cubría anteriormente, recibiéndole con una mirada de indiferencia...El soldado le dijo a Jack con un gesto de desaprobación: —me temo que tienes que acompañarme, te están esperando— le dijo el sujeto el chico lo siguió, no sin antes despedirse de ella con una mirada fulminante y azotando la puerta detrás de él.
Caminaron por un pasillo que no parecía ser eterno, hasta que finalmente llegaron a un cuarto más grande que el anterior, en donde una corte parecía esperar a dos personas, el juez y el acusado; temeroso Jack se acercó a lo que sería el fin de su libertad, se empezaba a lamentar acerca de lo que había hecho con su vida mientras escuchaba los susurros despreciativos del jurado mientras el entraba, enseguida entró un hombre pequeño pidiendo se pusieran de pie para recibir al juez, luego de acatar la orden entró un hombre que no parecía tener certeza de sus decisiones, de cabello tintado azul con negro en la raíz, piel blanca y vistiendo con botines, camiseta de manga larga color rojo con un patrón de rallas impreso en esta y jeans ajustados, más como un joven que como un juez.
— ¡Saludos caramelitos! — entró diciendo con una amplia sonrisa en su rostro, como si se tratara de una fiesta se aproximó a su silla y se sentó subiendo sus pies a la tribuna
—¿Quién es el acusado?— dijo mientras colocaba sus brazos detrás de su cabeza cómodamente recargándose en su silla
— Yo— respondió el pelinegro incomodo por la revelación
-Bien y de que se te acusa bro?-
-De....entrar a la deep web?— respondió con una sonrisa nerviosa
-Oh, solo a la.... ¡¿La deep web!?, ¡que te has creído!—se enderezó de su cómoda posición y se puso de pie golpeando a su escritorio
-Pues....yo...no sabía que era un delito....sólo quería....—
-Qué cosa?, ¡¿nuestros secretos?!, ¡se los venderás a los rusos!, ¡¿eso harás?!, ¡dime!—
-La historia es larga...- respondió Jack
- Pues cuenta o como dijo aquella "¡que le corten la cabeza!"-
Después de unos 20 minutos terminó la historia de porque había hecho eso y así el juez llegó a un veredicto: --Debes comprar una computadora nueva—....Bueno....otro acuerdo
-Bien, este es el trato, tu trabajaras ahora en adelante aquí, ¿quieres viajar a la otra dimensión?, bien, necesitamos un conejillo de indias para esto, pero hay una condición— negociaba el juez con una sonrisa un tanto picara
-¿Cuál?- dijo curioso Legasp
-Tendrás que ir con los Betas...—aclaro el juez sentándose nuevamente en su silla
-¿Los Betas? ¿Quiénes son?, ¡me presentare de inmediato con ellos!- dijo Jack con una sonrisa notable
-De hecho, ahí vienen...— así Aiden, Ragnor y otros 3 muchachos se presentaron; su sonrisa desapareció lentamente — eh....cuantos años me iban a dar de sentencia?—
-Tómalo o déjalo, tu familia o viajar con ellos..—.
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The Betax [Editando]
Science Fiction¿Hasta donde es capaz el deseo de volver a ver a un ser querido?, Jack Legasp planea averiguarlo, pero el trayecto no será sencillo