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Respirar el aire del ese lugar le es tan ajeno. Se sentía cansado y un poco molesto, llegó muy temprano, nadie había ido a recogerle del aeropuerto y para colmo, no tenía suficiente dinero llamar de un teléfono público, si, no tenía móvil.

Tenía el boleto del bus, gracias al cielo, se detuvo un momento para pedir instrucciones y llegar a la estación de buses. Estaba cansado de arrastrar las grandes maletas, está realmente cansado hasta de caminar. Se sentó en las desoladas bancas, suspiró y decidió esperar con tranquilidad al bus. Sus pies se balanceaban con su propio ritmo, veía a la gente abordar o bajar de los vehículos y secretamente contemplaba a los prospecto de belleza andante. Sentado y aburrido, ¿qué más podía hacer?

No quería pensar en la situación que le llevó al lugar actual o al que en horas estaría, eso le causaría rememorar todo lo sucedido años atrás y no, no está para eso. Va a tomar esta experiencia como las vacaciones que cree merecer. Ser joven, y por el momento, hijo único era agotador.

Hambriento, estaba muy hambriento y el bus seguía sin llegar. Algunos niños pasaban en compañía de sus padres, ellos sostenían paletas u otra chuchería que sólo creaba envidia en el pobre y cansado joven. A ese paso piensa que se le saldrán los pulmones en el siguiente suspiro que de.

Después de lo que parecieron décadas, el bus se digno a aparecer. El pequeño grupo de personas, que por cierto no había notado, subió como estampida. Ellos tenían sus maletines en las manos e incluso así pudieron subir dentro, pero no él. Sus maletas eran demasiado grande, por ende, debían ser colocadas en el maletero del vehículo. Lamentablemente la dificultad se representaba en las tres maletas que llevaba consigo. Subir al bus fue toda una hazaña, nadie le ayudo, ¿dónde quedaron los modales o lo servicial? Él era un menudo chico que no había comido nada, sin fuerzas y con mucha carga de aburrimiento. ¿Qué está mal con el mundo?

El viaje tomó al rededor de cinco horas, cinco horas de dolor de cuello. El sueño le tentaba como el hambre a su estómago, así de cruel. Cerraba sus ojos por momento y su cabeza colgaba por otros, trataba de dormir y la dureza de los asientos no se lo permitía. No hablemos de las señoras que conversan cual placeras. Trata de apoyar su frente en la ventana, pero el movimiento hace que se golpee de vez en vez. ¿Por qué es tan difícil estar cómodo?

Cuando por fin creyó estar en su punto, el bus llegó a su destino. El alboroto se desató dentro, las personas se movían e incluso discutían por bajar primero. Bah, el va en contra de ellos y decide bajar al final. Volvió a sufrir con sus maletas, el conductor le pidió se apurara, pero no ofreció ayuda. Soltaría una maldición, sin embargo, hay que respetar las canas.

Y ahí estaba. De pie entre las personas que se iban en sus propios autos, él no tenía uno, ni siquiera tenía licencia de conducir, pero ese no es el tema. Era su primera visita en demasiado tiempo, no conoce las calles y tampoco cómo llegar, no recuerda nada. Trata de preguntarle a un señor, no recibió respuesta, sólo le ignoró.

Con nada de dinero en el bolsillo, tampoco tenía billetera, trazó cualquier camino leyendo los letreros de cada nombre de las calles. Tomaba descansos constantes ya que arrastrar tres maletas era complicado. El sol de la tarde le estaba matando, tenía sudor cubriendo su frente y un poco húmedas las axilas, se sentía asqueroso. Sus labios estaban más secos que nunca y su pelo totalmente descuidado, el hambre le mataba y si no encontraba la dichosa casa, se lanzaría a la pista para que un auto le atropelle y así terminar con su sufrimiento.

Su sentido de orientación no es el mejor de todos, pero a sabido sobrevivir, lástima que ahora no tenga recursos para 'sobrevivir' adecuadamente. Un tanto aburrido de la situación, acomodó sus maletas y se sentó en una. Hace mucho que no observaba un cielo lleno nubes esponjosas, con azul dándole el contraste como fondo. Ah, qué maravillosa es la vista del cielo en ese lugar. Se lame los labios para quitar la sensación de grietas en ellos, no le sirve de nada porque el viento hace su trabajo y los seca en segundos. Pasar saliva no es lo mismo a beber un poco de agua, se ve tentado a buscar una fuente de esta y lanzarse de boca para atrapar todo el líquido con ella.

El gruñir de su estómago le recuerda que es tiempo continuar, pero la mente le dice que aún no sabe cómo llegar. Vaya conjetura.

El camino es largo, pero el trazo anuncia el inicio de la marcha.

El lápiz dibuja sobre el papel y da inicio a la obra de vida.

Estaba harto de caminar. Refunfuñando y moviéndose cual vago, ya no le importaba. Sólo quería llegar, comer, beber y si no es mucha molestia, dormir también, gracias. Vivir con hambre es horrible, estar sin comer unas horas es horrible, pequeñas exageraciones. Quiere preguntarle a alguien, pedir referencias o por último que le digan donde encontrar una estación de policías, pero tal parece que la gente en ese lugar no es muy amable.

Con el ánimo por el suelo arrastra sus pies, sus hombros han caído y su hambre no ha disminuido. Sin embargo, le toma poquísimo tiempo olvidar todo su pesar cuando ve a ese individuo pasar.

Parece de su edad, tiene una camiseta con la imagen de algún cómic, pantalones grises y zapatillas sucias. Lleva consigo una mochila de cuero y una carpeta con imágenes y colores diferentes adornándola. Juega con un lápiz entre sus dedos. El lápiz pasa de uno en uno y regresa de la misma manera. No se había fijado en su rostro, sin embargo el silbido que provenía de sus labios le llamó la atención. Ese rostro era sereno, liso y ,a sus ojos, dorado. Sus facciones eran duras y a la vez suaves, tenían misterio, inocencia y paz. Su caminar era seguro, postura recta, la cabeza estaba viendo hacia el horizonte y caminaba. Caminaba...

<¡Oye, oye! ¿Podrías decirme cóm- ¿No? ahh, bien, olvídalo> hizo un ademan con su muñeca derecha, con la otra se rascó la cabeza mirando hacia otro lado. El joven no le había escuchado, tenía los auriculares puestos y bah, tendrá que esperar a alguna alma caritativa.

A quien lea,
Si, como les dije -a los que me han leído con anterioridad- estaré actualizando y publicando. De hecho, hoy o mañana volveré a publicar, aún no decido qué, pero lo haré. Muchas gracias por pasar a leer y bueno, éste es el inicio de FOOLS. Muchas gracias a los que se unen a este viaje. Saludos y perdonen la poca expresividad.

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