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Tacháme de incorrecta, de vulgar incorregible pero hasta hoy te deseo.

Te deseo en mi cama, dormido plenamente, con tu pecho subiendo y bajando con un parsimonia asquerosa, viendo tus pestañas largas y claras casi rozando tus mejillas, tus labios separados levemente como quien espera un beso. Te deseo en la madrugada cuando hace calor y en la mañana cuando mi piel pide a gritos sábanas para abrigarse pero están tiradas; hombre, que te deseo cada noche antes de apagar la luz y encogerme en la cama pero últimamente todo se reduce a eso: burdos, banales e insospechados deseos.

Casi puedo andar por las estrellas sin sentir miedo, ya sabes, andar en el espacio y el tiempo sin responsabilidad y sin tu mano, casi.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me decías "amor"? Me nombrabas así cada vez que sonreías de manera torcida y condescendiente como si yo fuera la palabra, el concepto y jodía no poder decirte "¡Hey, sin motes cariñosos que son estúpidos!", y es gracioso porque te dije Cielo, te decía Cielo, te digo Cielo y no me parece ridículo en ningún nivel o meloso ya que eso eres, MI CIELO.

Viene la primavera ya, bueno, acaba de empezar y la verdad no creo sobrevivirla este año. No así de jodida y la última vez que lo intenté te perdí. Estoy a cuatro pasos de Abril y no sé que hacer con mi vida o con la vida de los demás (duda que nunca tuve); te extraño más que antes pero creo que la que te extraña es mi soledad y su vulnerabilidad. Estoy perdiendo todo de apoco, perdón, tenías razón.

El sí me ama.

Soberbia sentimentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora