Te quiero

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     Es fácil perderse en la piel de alguien más, sobre todo si lo amas o eso es lo que me han dicho constantemente. Lo repiten hasta cansarme y ya me cansé de todos. De las pieles en especial.

     Cuando me piden una explicación en general sobre el amor me acuerdo de lo que solías decirme después de que te besaba de manera salvaje o te golpeaba el hombro: "Oye, sigue haciéndo eso y voy a asociarte con el dolor, porque te amo, pero me duele" y todo el tiempo pensé en que eras un terrible marica (si, eso pienso aún, pero a veces), hasta que noté que tenías razón. La gente que dice amarme me asocia con el dolor de cualquier índole y sé que está mal en algún nivel pero la verdad no me importa tanto, digo, la gente sufre más a menudo en la vida de lo que puede disfrutarla y si eso hace que me recuerden constantemente por mi está bien. No me van a dejar de lado tan fácilmente.

   A lo que quiero llegar ahorita es al punto donde las pieles desnudas me recuerdan a ti. ¿Tiene que ser algo extraño? ¿Retorcido? ¿Sucio? No lo sé Cielo, pero ese es un hecho, lo hacen. 

    Lo peor del caso es que no me lo recuerdan como algo carnal ¿sabes? es como un susurro desesperado en medio de una discusión, es el argumento que gana batallas y lo detesto porqué a estas alturas no necesito que nadie me diga como ganar mis batallas o si quiera si debo ganarlas. Es desesperante sentir mi lengua sobre el labio inferior de alguien más y que el sabor no sea el mismo al que mis endorfinas están acostumbradas, o el tamaño del labio superior que mis dientes solían capturar en juegos especialmente pueriles. Me he planteado mucho últimamente que es lo que mis dedos buscan en otras espaldas, o lo que mis uñas suplican tener en ellas; no encuentro ninguna buena conclusión y en este punto comienzo a fastidiarme más que cuando te ponías celoso sin justificación aparente.

     Cielo, guardo toda tu ropa menos la camisa, es la única que me dolía, dolía el sólo hecho de saber que estaba con la demás ropa, dolía ponérsela y no sentir tu olor, dolía recordar como te veías con ella, como me mirabas cuando la traía puesta, como un regalo. Preferí varias veces andar desnuda que ponerme algo que me recordara a ti; lo gracioso es que sé que prefieres que ande así, lo triste es que ya no me importe que es lo que quieras. 

    Te quiero, te quiero en mi cama, de mi mano, en mi baño, de mi brazo, te quiero. 


Soberbia sentimentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora