Creep

Tres.

Capítulo 3.

Bill se levantó del suelo y comenzó a caminar lo mejor que pudo, claro, si no tomamos en cuenta que el piso se movía.

Después de unos pasos, observó a su alrededor para buscar las llaves de su auto, siendo esto inútil en realidad, porque veía las cosas multiplicadas. Así que, comenzó a hurgar entre el montón de basura para encontrarlas. Movió unos papeles, donde encontró el teléfono inalámbrico.

Oh, aquel estúpido aparato, que no había hecho más que provocar su tragedia.

Porque, la miseria en la que se había convertido su relación con Dipper había comenzado con una simple llamada telefónica.

//El ruido del timbre del teléfono sonó, haciendo que Dipper saliera de la cocina corriendo a contestar la llamada, esperanzado de que fuera la editorial en la que había presentado su escrito. Dio un leve suspiro antes de contestar.

—¿Sí?— Habló lo mejor que pudo.

—¿Hablamos a la residencia del joven Marty* Pines?— La voz al otro lado de la línea era de una mujer.

—Así es, él habla— respondió aun más nervioso.

—Un gusto, soy Beatrice de la editorial Diamond. Me han dado su escrito a leer y debo decirle que doy el visto bueno. Me encuentro interesada en su novela y me encantaría reunirme con usted para saber si todavía está interesado en publicarlo con nosotros—

Dipper sentía que podía gritar de alegría en ese momento.

—Claro, claro. ¿Cuándo podría verla?—

—Toda mi semana está llena, lo podría ver la siguiente, el jueves a las once de la mañana. ¿Puede ese día?

—Sí, sí

—Está bien, ese día será. No llegue tarde.

Y la llamada terminó.

En ese instante Dipper corrió emocionado a abrazar a Bill, que estaba en la puerta de la sala, atento a la llamada también.//

Llegado ese punto, la vida de Dipper había cambiado completamente y aquello, Bill lo había notado muy bien.

I wish I was special

Al principio sólo debía ir a la editorial para checar los avances de la publicación de su novela. Haciendo cambios, modificaciones, corrigiendo la redacción. Mínimas e insignificantes cosas que quizá para Bill no tuvieran importancia, pero  para Dipper sí. Durante un mes prácticamente no durmió corrigiendo un capítulo entero; ya que el editor que le había asignado Beatrice dijo que debía mejorar la coherencia de la narración. Aquel capítulo era crucial para la trama de su novela, tenía que estar lo mejor redactado posible.

Ese había sido el primer ladrillo del muro que se formó entre Dipper y Bill.

Poco después de haber sido publicada su novela el éxito no se hizo de esperar. Tuvo los primeros lugares de ventas en más de veinte países y traducido en más de quince idiomas distintos. El nombre del joven autor estaba en boca de todos.
Por supuesto aquello había alegrado a Bill, es decir, ¿Quién no se alegraría de que tu pareja fuera famoso después de mucho esfuerzo?

Oh, pero ese no había sido el problema.

Si eres famoso, con dinero, joven y lindo, no te sorprendas de tener la atención de todos repentinamente.