Eróticamente Estrafalario (KaiSoo/Fanfic)

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Aquí vamos Kyung, mi relato de nuestra experiencia sexualmente ardiente.

Y cuando digo ardiente, es porque en verdad lo fue, quemamos la comida ¿recuerdas? y también te quemaste una nalga, te quedó toda coloradita y tuve que ponerte pomadas para aliviar el ardor.

Todo comenzó en la cocina mientras preparabas la carne al horno.

Me acerqué a abrazarte por la cintura y te volteé como tortilla para quedar con tu rostro frente al mío.

Entonces te dije con tono seductor.

- Oye Soo ¿y si sacudimos la carrocería?

- Jongin, estoy cocinando, no es buen momento - murmuraste intentando zafarte.

- Siempre es buen momento para estacionar mi convertible en tu garage nene - alzé mi ceja y te sujeté tomando todo tu blanquito bizcocho.

- Si comenzamos no podremos detenernos hasta dentro de unas horas y nos perderemos Star Wars - frunciste el ceño.

- Para qué quiero Star Wars si tengo Star Soo en vivo y en directo para mi consumo.

- Ay no seas tonto Jongin - me empujaste riendo.

- ¡Soy un tonto porque tu me vuelves loco y necesito tú amor para ser feliz! - exclamé dramáticamente y me acerqué nuevamente, esta vez te sujeté con fuerza y te besé con necesidad y deseo, también me devolviste el beso de manera salvaje y sin compasión, metiste tu lengua húmeda como calzón de niño meado y asaltaste mi cavidad bucal como si fueras un cepillo de dientes.

Metí mis manos por dentro de tu pantalón con agilidad y te amasé todo el pan dulce.

Pero eso no era suficiente... necesitaba estirarte con mi palo de amasar para lograr liberar la dulce fruta del placer.

Ambos comenzamos a jadear entre besos y lenguas que se retorcían como peces fuera del agua.

Mi excitación ya no podía ser calmada si no me introducía en las profundidades de tu cueva con rapidez.

Entonces me bajé con desesperación los pantalones y te bajé los tuyos también de un tirón, mi banana estaba tan madura que en cuanto se intodujera en tu licuadora podría hacer el batido más dulce del mundo.

Tu jeringa ya se escurría y necesitaba inyectarse pronto en algún lugar.

- Jongin... ah... - gemiste necesitado y te frotaste contra mi erección, me tomaste de los hombros e hiciste presión para que vaya hacia abajo entonces cedí y me agaché para encargarme de tu palpitante salchichón.

- Aah... Ummm Jongin- agitaste tus caderas impaciente contra mi.

Te saboreé hambriento como si fuera un carnívoro que se alimentaba a base de pepinos y zanahorias hace meses, entonces en menos de lo que tardas en abrir una canilla todo tu líquido desbordó en mi boca como la leche cuando chorrea del cartón.

Ahora era mi turno, me puse de pie de vuelta y te empujé hacia atrás, tus nalgas chocaron contra el horno caliente entonces diste un saltito al quemarte y nuestros pechos sudorosos se pegaron, también nuestros miembros chocaron entre sí haciendo mi excitación más y más evidente.

Te levanté a upa y cruzaste tus piernas alrededor de mi cintura.

- Kyung, te voy a hacer el amor tan duro y fuerte que no te alcanzará la vida para escribir un libro de este momento.

- Jongin... fóllame tan intenso que haga que me olvide de mi propio nombre... - susurraste sin aliento como si fueras protagonista de una telenovela romántica.

Bueno... sí, creo que exageramos...

Demasiado.

Era prácticamente imposible que ocurra algo así, y ni siquiera te lo hice tan fuerte y duro como dije, creo que decirnos ese tipo de cosas sólo incrementan el erotismo de nuestros momentos.

Pero bueno, debo proseguir con el relato.

Te llevé hasta la cama y allí ya sin aguantar más, apunté mi rifle y disparé sin piedad hacia el agujero negro.

¡Boom!

¡Boom!

¡Boom!

Cada estocada era como una bala disparada que hacían sacudir mi poderosa arma, tan dura como el acero.

Tus gemidos sólo me hacían querer ir con más rapidez y violencia.

- Ah... uhmm... Kyungsoo - jadeé - Creo que iré a la cárcel por dispararte tantas veces... - gemí - ¡Voy a correrme, ah... cuidado, inundaré tu celda!

- ¡No importa... ahógame con tu pistola! - ya casi chillabas de la desesperación, estabas a punto de hacer explosión otra vez, la brillante espuma goteaba de tu pene como perro rabioso.

- ¡Kyungsooooo!

- ¡Jongiiiiiiin!

Gritamos como las niñas amigas que se reencuentran después de muchos años de graduarse y nos corrimos sin piedad, manchándonos de la blanca gloria.

- ¿Hueles eso?

- ¿Qué cosa? - ofusqué mi nariz intentando reconocer el aroma - Huele a quemado...

¿A poco lo habíamos hecho con tanto ardor e intensidad que habíamos quemado las sábanas de la fricción ejercida?

- ¡La carne! - gritaste y saliste corriendo desesperado hacia la cocina y te seguí por detrás.

Era muy divertida la escena.

Sólo estábamos vestidos de remera y abajo completamente desnudos con nuestros amigos colgando como pájaros libres que danzan volando por los aires.

Era muy tentadora la escena.

Te agachaste a sacar la fuente con la carne quemada y tu pequeño punto dilatado quedó abierto a mi disposición.

- ¡Jongin y tu maldita calentura! - gritaste retorciéndote - ¡Salvaje, pervertido sexópata! ¡Pareces un perro en celo! Ahh... - acabaste en un gemido.

- Es que estabas muy tentador desde mi punto de vista - murmuré con dulzura en tu oído.

Había ido corriendo a toda velocidad y te sujeté firme mientras estabas aún agachado, te atraje de la cadera con fuerza hacia mi y hundí mi cucharón en tu salsa.

Esa noche hicimos muchas veces cuchi- cuchi.

...

Ahí tienes mi relato eróticamente estrafalario de nosotros dos Kyunggie, te avisé que iba a usar palabras y metáforas raras para que se parecieran a tus poemas, así que espero que me perdones por haber leído tus pornopoesías e invadir tu privacidad.

No estés más molesto ni avergonzado ¿Si? Por favoooor.

Ahora me apresuraré a imprimir y dejar estas páginas que llevo escribiendo después de tres días de convivir junto a Chanyeol y las deslizaré en la puerta de nuestro departamento para que lo leas.

Ojalá y me dejes volver a casita.

Ya extraño tu pan dulce y tú horno calentito listos para cocinar mi pionono.

♡ ¡Te amo Kyung! ♡

❤

¡Sigan con el epílogo gente golosa!😂

¡Preciosa noche! 🌚

😙