Uno.

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Liam se dirige a una cafetería luego de un largo día en el trabajo. Es agotador pasar horas y horas haciendo papeleo en una oficina, sin embargo la paga es buena y de todas formas le gusta su trabajo.

Entra por la puerta y puede observar que el lugar está lleno, sin embargo para él no es una opción ir a otro lugar; este es su favorito. Se dirige a la fila para hacer su pedido, sin embargo algo lo interrumpe.

—¡Permiso! ¿Pueden mover su culo? Estoy tratando de pasar, mierda. —Él voltea hacia donde proviene la voz y de un segundo a otro su traje está lleno de café y cupcakes de un color azul muy oscuro.— ¡Mierda! ¿En serio? Esto me costó toda una larga fila para que tú, grandísimo idiota, lo estropearas.

Liam frunce el ceño ofendido hacia el pequeño chico de mal carácter que se encuentra frente a él. Es bajo, Liam le saca casi toda una cabeza, su piel es hermosamente morena y tiene largas, rizadas y espesas pestañas en sus párpados. Sus pómulos son marcados y parece que hoy se ha afeitado, ya que no hay rastros de vello por su mandíbula. Su ceño está fruncido, haciendo ver sus cejas más tupidas y sus rosados labios forman una mueca de disgusto.

Es realmente hermoso, pero su vocabulario vulgar y su mal comportamiento arruinan todo.

—Hey, amigo, no sé cuál es tu problema. Tú fuiste el que ensució mi traje por no ver por dónde ibas. —Argumenta Liam en defensa propia, sin embargo el morocho parece indignado.

—¿Disculpa? Tú te cruzaste en mi camino, grandulón. Así que quiero que pagues por eso, siete dólares, amigo. —La última palabra es pronunciada con burla y una sonrisa sarcástica se instala en su rostro de inmediato.

—No voy a pagar por eso.

—¿No lo harás? —El moreno forma un puchero con sus labios sólo para molestarlo, la diversión brilla en sus ojos mieles y luego su pie se levanta en el aire y aterriza en el zapato brillante de Liam.

—¡Mierda! —Liam agarra su pie instintivamente buscando apaciguar el dolor. En este punto, casi todo el mundo los está mirando y Liam se siente avergonzado por el espectáculo que están haciendo, así que final mente se rinde.— Bien, pagaré por tu error.

El moreno se enoje de hombros, indicando que no se siente afectado por el hecho de que Liam crea que él es el culpable y su rostro demuestra aburrimiento. Estira su mano hacia el castaño, recibiendo dólar por dólar lo que le había pedido y cuando tiene todo el dinero en su mano, la cierra en un puño para luego guardarlo en su bolsillo.

—Gracias por ser tan amable, señor. Un placer conocerlo. —Su voz sale falsamente educada y le guiña un ojo, siendo fastidioso. Luego, toma una servilleta del mostrador y la pega en el pecho de Liam gracias a la crema de los cupcakes.— Disculpe el inconveniente.

Y dicho eso, camina con gracia, meneando sus delgadas caderas triunfante y desaparece por la puerta del local. Sin pedir otra vez su comida y con una gran sonrisa en su rostro, dejando a un confundido y embobado Liam en la fila del lugar.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2016 ⏰

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I'm not your pink and sweet baby »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora