Reprimenda

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Ritsu pov

Ya habían pasado cuatro días exactamente, no me llevaron al hospital pero, un doctor me atendió en casa aunque no me salve de la reprimenda de mi madre... Apenas cruzamos la puerta estaba en el sillón, con un libro y una taza de café dispuesta a golpearnos si le mentimos...

Flash Back

-Maldita sea Usagi-san. ¡Estoy bien! - estaba acostado en la parte trasera del coche donde desperté por los movimientos y voces dentro del mismo; mi cabeza reposando en las piernas de Takano quien acariciaba mi cabello con una sonrisa en los labios pero con ojos llenos de preocupación por mi estado. Ante sus constantes mimos mis mejillas estaban rojas con sangre acumulándose en ellas. Veía la graciosa escena que había frente a mí con una sonrisa, la cara de preocupación de Usagi no tenía precio junto al sonrojo y reclamos de Misaki quien decidió conducir luego de una larga discusión

-¿Cómo vas a estar bien? ¡Esos idiotas dijeron que llevaste lo peor del choque!

-Me golpee la cabeza, ¡Eso es todo!

-¿Y por qué esas expresiones tuyas llenas de dolor? - Misaki se enrojeció a más no poder y aceleró al ver la calle desierta- ¡Responde, Misaki!

-¡Porque me dolía el culo! ¿Crees que el dolor que tuve después de hacerlo tres veces es pasajero? ¡Pues entérate que no! - por primera vez vi un sonrojo en Usagi. Takano paro de acariciarme para posar las manos en su estómago y estallar en risas, yo igual me reí pero menos fuerte, los únicos serios eran Misaki y Usagi. Misaki se rindió ante las risas de Takano y también empezó a reír, luego empezó Usagi y las carcajadas se hicieron presentes en el coche hasta llegar a nuestro destino. Misaki estacionó y salió del coche

-Lleven a Ritsu, iré a abrir la puerta, por favor no hagan ruido - Takano salio mientras Usagi me ayudaba a salir

-Con cuidado- dije en un susurro, me dolían demasiado las costillas como para resistir otro golpe y no romper en llanto

Takano decidió llevarme estilo princesa pero no fue suficiente como para no proferir un fuerte quejido helando la sangre de todos, necesitaba descansar, ya para mañana estaría mejor, siempre ha sido así. Misaki abrió la puerta y mi corazón por alguna razón empezó a latir como loco, tenía un mal presentimiento que acosaba a mi cuerpo y éste en reacción a las continuas sensaciones contradictorias se encogía sobre los brazos de mi amado

-¿Qué sucede? - él me pregunto muy bajo pasando por el umbral, ya estábamos dentro, todos. ¿Qué había que temer? La sala estaba en penumbras, eran las 2 de la mañana, no es para menos

Misaki se aproximó a las escaleras haciéndonos señas de no caminar con tanto ruido y así fue. Aun la sensación provocaba el entumecimiento de mi cuerpo, debían ser los nervios o quién sabe. Pero mi instinto tuvo razón desde el primer momento

Una luz se hizo presente en la sala. Mi madre se hallaba en el sillón, con su pijama, una taza de café y un libro mirándonos fijamente enojada, no, furiosa. Primero miro a Misaki quien se estremeció ante su mirada acusatoria, el semblante de mi madre cambio a uno un poco de preocupación por la herida en la cabeza de Misaki, luego miro a Usagi a quien fulminó con la mirada y, por último a nosotros. Me observó detalladamente y formó un suspiro, ya no le impresionaba verme herido, no la culpo, siempre venía a casa golpeado, hasta yo me cansaría de eso, es más, yo mismo acabaría de rematar a esa persona pero, el corazón de mi madre es muy grande claro, si no la haces enojar todo estará bien. Y no es que esté muy contesta en estos momentos

Dejo el libro sobre la mesa y nos miró esta vez a todos

-Misaki, Ritsu. Quiero la verdad y solo la verdad. ¿Por qué sus pasaportes no estaban?

Entre Semes Y Ukes (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora