Capitulo único.

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Era una mañana de otoño y hacia un poco de frío en China. Luhan como todos los días acomodaba las tazas de la cafetería en donde trabajaba hace más de dos años encima de la barra para después preparar la cafetera con filtro para comenzar a hacer el café favorito de Minseok; amargo con crema encima.

Con una sonrisa triste dejó la taza de café ya lista sobre el mostrador en una impecable presentación junto con un pan dulce, todo sobre una bandeja de plata, tal como a él le gustaba.

Limpio el resto del local por una media hora más preparando todo para abrir al público, pero cuando alzo la vista hacia el gran ventanal que daba de lleno a la avenida su vista le jugó una mala pasada.

Un chico de baja estatura pasaba, capucha negra sobre su castaño cabello, jeans negros con hoyos en sus rodillas, zapatillas de caña alta deportivas y una mochila sobre su hombro pero, no era Minseok, nunca era Minseok.

"Imposible" pensó. Minseok hace ya más de año y medio se había ido de vuelta a su país natal por intercambio por su maldita universidad dejándolo solo con todos sus planes y promesas de vida futura a su lado. Nunca llamo, nunca le dio algún indicio de que seguía vivo y de que estaba bien, ni siquiera lo había visto irse de su lado, el solo despertó una mañana viéndose solo en la cama con una carta sobre su velador que solo decía:

Debo irme, no te lo había dicho porque hubiera sido muy difícil para los dos pero es mi futuro y no quiero arruinar el tuyo, me han enviado de vuelta a Corea para seguir mis estudios.

Minseok.

PD: También quiero que sepas que desde el día en el que te conocí, supe que te amaría hasta el día de mi muerte. Espero que sigas con tu vida, costara, pero ambos lo lograremos.

Luhan nunca se había sentido tan vacío como aquel día, nunca había estado en tal situación jamás, debido a que nunca se había enamorado verdaderamente de alguien. Minseok había sido su primer hombre, con el que descubrió un tipo diferente de amor, también había sido el causante de la mayoría de sus sonrisas, de sus desvelos, buenos y malos recuerdos y ahora, se iba, dejándole una gran herida que sabía difícilmente podría sanar. Y el hecho de que aquel muchacho que se parecía tanto a el físicamente pasara casi todas las mañanas por ahí, era como si le abrieran la herida y le arrojaran un balde lleno de jugo de limón y le rociaran kilos y kilos de sal encima. Era una completa mierda, empezando por el café con el pan dulce que preparaba todas las mañanas sabiendo que al llegar el final del día terminarían ambos en la basura. En nada.

A los meses siguientes, la rutina de Luhan no varía mucho desde que Minseok le dejo. Se despierta con la esperanza de verle a su lado pero solo encuentra un espacio vacío y frio, se levanta esperando verle sentado en el sofá, bebiendo café y viendo las noticias, pero todo parece tan callado y tranquilo a las siete de la mañana que le es hasta deprimente, Minseok ya no estaba y tarde o temprano, tenía que asumirlo y superarlo.

Camina a paso lento hasta la cafetería, va veinte minutos adelantados de su horario de entrada y mientras busca entre sus bolsillos, saca una cajetilla de veinte cigarrillos y prende uno. Inhala y exhala, repite, inhala y exhala y siente como le raspa un poco la garganta y como le llena los pulmones. Al final, Luhan no lamenta el haber comenzado a fumar, de por sí ya le hacía sentir que por lo menos estaba vivo cada vez que se terminaba uno y empezaba con otro. Si le daba cáncer, ¿Qué más le daba? Minseok aun así no iba a volver. Definitivamente su vida no era una historia de amor.

Ingresa, se adentra a la cocina y pasa directo a los casilleros en donde guarda su chaqueta y se coloca su delantal color verde con la placa que contiene su nombre colgando del pecho, lo alisa con sus manos y arreglando un poco su cabello, comienza a preparar el café favorito de Minseok, dejándolo a un lado después en una bandeja de plata junto a un pan dulce, como todo los días desde que le dejo.

A L O N E (XiuHan/LuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora