En ningún lugar.

Debajo

Sigo avanzando en el ambiente misterioso que se halla en el sótano, el crújido de la madera, el rechinar de las puertas y un ligero viento procedente de los ductos de ventilación. Mientras más me alejo, más cerca estoy. Piso algo húmedo, puedo sentirlo en mis pies descalzos, es un líquido rojizo y extraño, es muy acuoso, por lo que espero no sea algo desagradable.
Respiro profundamente, cierro los ojos y toco el líquido con mis dedos. Afortunadamente, no se siente, huele (y desconozco si sabe) a sangre. Creo que ya estoy esperando encontrar un poco de ese líquido vital en esta casa, con todo lo que ya he pasado, no sería algo extraordinario ver sangre por aquí.
Este líquido que he pisado, basándome en los previos descubrimientos, es pintura.
Sé que estoy un poco paranoico, pero no es agradable estar asustado tanto tiempo.
Estoy comenzando a parecer arrogante, pero es tedioso tener que buscar pistas, ¡y los sustos que te das en esta casa!
Me adentro aún más en el sótano, hasta que trastabillo con un pequeño relieve debajo de mis pies, es una escotilla. La abro y veo escaleras. Bajo. Hay antorchas en las paredes y enfrente mío un portón de metal, cerrada, no me sorprende, no se ven más que unos pocos centímetros de luz detrás de la puerta. Entonces, regreso al sótano. Subo hacia la entrada principal. Huele un poco a humo. Cuando llego, todo está en llamas, trato de atravesarlas, pero es imposible, si paso sobre ellas, me quemo, quiero regresar al sótano pero ahora también está en llamas, no hay manera de salir. El humo está empezando a nublar mi vista, tosco bruscamente y sin cesar, es mucho humo, no puedo respirar. Me desmayo.
Abro los ojos, y floto entre estrellas y polvo estelar, me siento bien mientras aprecio viajar las estrellas fugaces, esto es basicamente igual al otro espacio de felicidad que viví, pero qué importa, se siente muy bien, dichoso soy de estar aquí. Este polvo estelar hace cosquillas, se siente de maravilla en todo mi cuerpo hermoso. La gravedad está bajando, siento el descenso abruptamente, me acerco a las nubes, veo el suelo más cerca a mí, los cuervos vuelan a mis lados, pero es como si no me vieran, ni se inmutan. Cada vez más cercano al impacto, solo cierro los ojos, para dejarme ir. Siento un fuerte golpe en la cara, abro los ojos y yazco en una cama muy suave, se levanta una capa de vapor, con un olor agradable y brillos que van hacia el techo, como una nube artificial en la que realmente puedes descansar.
Muy bien, momento de levantarse de este sueño esponjoso.
Estoy en la recámara que ya había pasado, ahora está pintada de rosa y hay brillos regados en el suelo, el cuarto luce muy imaginario. Es un poco perturbador, esta vez no hay puerta, ¿qué haré ahora? No es que me desagrade la temática, pero es extraño. Para salir de aquí hay que buscar una salida. Doy pequeños golpes a la pared, para ver si está hueca de algún lugar, no puedo sentir algo fuera de lo normal. Me siento en la cama y observo fijamente una esquina de la pared, hay un pliego del papel tapiz despegado del muro, lo levanto y debajo de éste, ¡está el antiguo tapiz!, lo remuevo completamente y ahí está, la puerta.
Giro la perilla, y no parece estar delante de mí la escalera que lleva a la entrada principal. Es otra habitación, un baño. Bañera, ducha, lavabo, inodoro, etcétera. Nada de interés. Siento caer una gota en la cabeza, luego en la nariz. Caen gotas de todas partes del techo, todo está siendo cubierto por ese líquido rojo y espeso. Trato de salir, pero la puerta está cerrada, no hay forma de salir, y el inodoro no es una salida, estoy aterrorizado. Inesperada y extrañamente, aparece una puerta junto a la bañera, apresuradamente me dirijo hacia ésta, al primer paso que doy delante de la puerta, me sorprende una larga y aburrida caída. Un acantilado muy oscuro y profundo, en mi opinión. Solo espero no golpearme muy fuerte con el suelo, el golpe puede ser muy contundente para mi rostro.