Advertencia

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Nadie en el pueblo supo, realmente, lo que pasó aquella noche. Algunos de los que vivían allí solían murmurar por lo bajo que no es cierto que no haya que temerles a los muertos; muy por el contrario, son capaces de cualquier cosa con tal de no yacer solos en sus tumbas. Sin compañía, su descanso no puede ser eterno.

Un consejo: Si los muertos te llaman en la noche, ¡no les haga caso!

Recuerda las paredes tienen oídos.

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