Capítulo 1

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Había salido temprano de casa para dirigirme a la escuela, hoy era el inicio de un nuevo año escolar y con eso un nuevo comienzo; Llegué a la escuela en la que estaba estudiando desde 1ro de primaria, era una escuela común de 3 pisos hecha de ladrillo, nada del otro mundo. Al pasar el portón principal pude notar de inmediato como los nuevos estudiantes iban entrando y acumulándose en busca de indicaciones o sus respectivos cursos.

–En este año se han inscrito muchas personas- dije para mí misma, a penas de ser algo temprano era bastante gente. Mayormente el primer día de clase no asisten muchos alumnos.

–Ya lo creo- al escuchar esa repentina voz en mí espalda me doy la vuelta y observo a mi mejor amiga tras de mí– Buenos días, Sam- me sonrió y se estiró sus brazos al aire buscando un poco de energía para mantenerse despierta.

–Pareces un zombie atropellado; te mueves, pero te ves fatal- me río y ella me observa sería, pero intentando no reírse de igual modo.

–No exageres, Sam- dijo burlona– mejor entremos para la bienvenida, antes de que nos vengan a dar un sermón- Any me sostuvo del brazo y me arrastró hacia el salón de actividades en donde toda la escuela, o al menos los que decidieron venir el primer día, estaban reunidos para escuchar la aburrida charla que da el director cada año sobre los valores, las reglas y bla bla bla.

Cuando la bienvenida acabó, salimos del salón y nos encaminamos al patio a charlar. La escuela era grande, lo suficiente como para sudar caminando de un extremo del patio a otro, aunque hay que agradecerle también al sol abrasador sobre nuestra cabezas. Aún cuando sé que es un país tropical, no puedo soportarlo.

–Acabamos de oír al director hablar sus bobadas por horas para ahora escuchar a los maestros, que fastidio, tendría que haberme quedado en casa- dijo Any cansada. Realmente ella se quedó dormida en medio de la bienvenida, aunque no por mucho ya que la despertó un maestro desde que la vió.

–Mírale el lado bueno- dije.

– ¿Cuál? - preguntó con cierta curiosidad. Yo misma no sabía de un lado bueno, pero siempre debe de hacer uno, supongo.

–Pues... Ah, ahí chicos nuevos- a ella le encanta ligar con chicos, pero a la vez le encanta hacer de cupido entre ellos, si es que me entienden. Sí, mi amiga es una fan del género japonés llamado "Yaoi", admito que me gusta, pero como ella nadie.

–No había pensado en eso- puso una mano en su barbilla como si estuviera pensando en algo muy importante- tienes razón tiene su lado bueno, pero igual me hubiese quedado en casa; ahora vamos a ver nuestros horarios- dijo volviendo a jalar de mi brazo y llegando al pasillo donde se encontraban los horarios. Ambas le dimos una mirada y sacamos una libreta para anotar– al parecer no estaremos juntas durante las clases, a excepción de química- dijo transcribiendo su horario– el lado bueno es que soy pésima en química y podremos ser compañeras para que me ayudes.

–Ni lo pienses- anoté mi horario. Aquí si que podía ver el lado bueno, esta aprovechada, pero igual la quiero. Ella ha estado conmigo desde que éramos niñas, nuestras madres fueron buenas amigas en la escuela y pues también nos tocó a nosotras– ¿Qué materia te toca ahora?

–Mmm... - revisó su cuaderno– Matemáticas ¿Y a tí?

–Historia, no es de mis mejores materias, pero bueno nos vemos en el receso- me doy media vuelta, no sin antes despedirme con un abrazo de Any, y me dirijo a mi clase. No es como que no la fuera a ver, pero soliamos tener la mayoría de nuestras clases juntas y es un poco aburrido solo prestar atención a clases o al menos no convensar un poco entre ellas.

Entré al salón de clases y me senté en donde suelo hacerlo en los cursos pasados, tomé asiento y ubiqué mis cosas mientras esperaba que el maestro entrara a iniciar la clase, no es que me gusta estudiar ni nada por el estilo pero mientras rápido llegue, más rápido terminará. Tampoco soy mala en los estudios, suelo ser de las mejores notas y solo le dedico lo suficiente, no me ahogo en tarea como pocos hacen.

–Buenos días- entró el maestro y todos hicimos el tipico saludo de cortesía– como todos se habrán dado cuenta hay caras nuevas entre nosotros- aquí viene la tipica presentación en público, es raro que la presentación no la hayan hecho frente a todo el colegio en el salón de actividades, antes tenían la costumbre de hacer que se presentaran frente a todo el colegio, era algo vergonzoso, gracias a eso tengo panico escénico– porque no se ponen de pie los recien ingresados y se presentan- miré a los demás y vi como muchos se encogían en sus asientos, es bastante gracioso. Yo estuve ahí, pero es divertido después de ya pasar por eso.

–Yo lo haré- dijo un chico levantabantandose de su asiento y pasando al frente– mi nombre es Jay, tengo 17 años y pues nada, espero llevarme bien con todos ustedes- todos aplaudimos y los demás alumnos tomaron valor y se pararon al frente para presentarse, al parecer solo tenían miedo de ser los primeros. Ese chico dió la iniciativa y los demás los siguieron.

(...)

Las clases habían transcurrido con normalidad, almorcé con Any en el receso, charlamos de las vacaciones y todo tranquilo. Luego de la última clase yo ya me estaba dirigiendo a casa para realizar mis oficios diarios y esperar, sin animos, el inicio del próximo día.

(...)

Desperté por los rayos del sol que entraban por mi ventana y se dirigían directamente a mi rostro perturbando mi sueño, miré el reloj de mi mesita de noche y me levanté sobresaltada al darme cuenta que se me haría tarde para la escuela.

–Genial, el segundo día y llegaré tarde ¿Qué pasó con mi alarma?- busco mi teléfono hasta hallarlo bajo las sábanas en el piso, al parecer me dormí con el en las manos y se calló– Así nunca lo iba a escuchar- me doy una ducha rápida, me coloco el uniforme y bajo lo más rápido que puedo a desayunar– Buenos días mamá- le di un beso en la mejilla y ella me saluda, me tomo un vaso de jugo de naranja sin mucha prisa para no ahogarme y agarro una tostada de la mesa– adiós mamá- recojo mi mochila y salgo a tropezones de camino a la escuela, me imagino lo que estaran pensando "Que desayuno más nutritivo" o "Que buena relación madre e hija", pero estoy de prisa y tiempo es lo que menos tengo como para comer un desayuno lleno de nutrientes y quedarme a conversar con mi mamá. Ambas nos llevamos bien, después de todos solo somos nosotras dos y nadie más, bueno están Any y su madre.

No estaba tan tarde, pero tampoco estaba en el mejor tiempo, me puse a caminar a paso veloz, me quedaban unas calles antes de llegar; mientras doblaba la esquina a 0 kilómetro por hora choco de frente con algo... ¿O alguien?

Amor a primera vista  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora