Amor a primera vista (EDITANDO)

Capítulo 2

–Lo siento mucho -Dije levantándome del suelo y limpiando mis pantalones con la cabeza gacha.

– ¿Estas bien? no fue mi intención- levanté la cabeza y mi corazón se aceleró al instante al fijar mi vista en un chico alto, no parecía nada de este mundo, era demasiado bello para ser verdad.

–No te preocupes, yo debo de tener más cuidado cuando camino- le dije con una sonrisa nerviosa.

–Lo mismo digo- dijo mostrándome la sonrisa más bella que jamás he visto en mí vida– lamento haber tropezado contigo, no era mi intención.

–N... no te preocupes- mierda me estoy poniendo demasiado nerviosa debo salir de aquí, miré mi reloj y vi que las horas iban en aumento– rayos debo irme, adiós, lamento el choque- corrí como pude hasta la escuela y afortunadamente no llegué muy tarde, pero aun así me regañaron.

En el receso me dirijo hacia la cafetería y ahí estaba Any hablando alegremente con Jay, que rápido encontró con quien ligar, me acerqué a ellos y Any dirigió su mirada hacia mí.

–Sam, por fin te veo tengo algo super importante que contarte- gritó emocionada, miré a Jay y noté que me veía como si me quisiera decir con la miraba "salvame", al parecer Any no lo ha dejado en paz desde quien sabe que hora, ella puede llegar ser muy obsesiva a veces– ven conmigo.

No sé porque a ella le gusta tanto sostener mi brazo y arrastrarme por todos lados.

– ¿Qué es tan importante que tuviste que arrastrarme hasta el patio? - pregunté soltando mi brazo de su agarre.

–¡¡Los Saikuron están aquí!!- gritó tan alto que pensé que mis tímpanos sufrirían algún daño; Los Saikuron son una banda compuesta por un chico y dos chicas, nadie sabe sus verdaderos nombres y nadie ha visto sus rostros ya que siempre llevan una mascara en sus conciertos– Darán un concierto el fin de semana y las primeras 4 personas que estén en la primera fila podrán conocerlos sin sus mascaras tras el escenario ¡¡AAAH!!- volvió a gritar con más fuerza.

–Oye ya, si sigues gritando me quedaré sorda- tapé mis oídos– ¿Qué tiene de interesante esa banda?

–¡¿¡Qué que tiene de interesante!?! ¿En serio me lo preguntas? - me tomo de los hombros y me miró como si fuera una loca, de por si lo es, pero me miro más loca de lo normal– voy a pretender que no dijiste eso y solo te llevaré al concierto para que sepas lo super ultra mega increíble que son Los Saikuron.

–Espera un momento, no decidas por mí- dije alejándome de ella- tengo cosas que hacer el fin de semana y no iré a ese concierto.

–Por favor, por mí- hizo su tipico puchero, rayos no puedo decirle que no– por favooooor.

–Esta bien, pero no pretendas que guitaré como psicopata en el concierto- me cruzo de brazos y noto como sus ojos se iluminaron mientras empezaba a dar saltos alrededor de mí.

–Trato hecho- salto sobre mi y me abrazó tan fuerte que casí me deja sin aire– no te arrepentirás, Sam.

*

*

Ya en casa tome una libreta y me puse a pensar en el chico con el que había tropezado esta mañana.

–Me encantaría volver a verlo- ya con la libreta en la mano me dispuse a escribir un nota para mi chico desconocido, sé que no la va a leer, pero quiero poder algun día leer esta libreta nuevamente y recordar esa sensación y ese calor en mi pecho.

*

Hola, chico desconocido.

No me conoces y yo no te conozco a ti, aunque me encantaría hacerlo; Debo confesarte que cuando te vi hiciste que mi corazón latiera a tal velocidad que temía que lo oyeras o que saliera de mi pecho en ese mismo instante, no sé quién eres, ni como te llamas, pero si sé que tengo sentimientos por ti, es a lo que muchos llaman "amor a primera vista" antes no creía en eso, pero te vi y... Ahí que ver para creer, ¿no?

Tu cabello castaño y tus bellizimos ojos color avellana me ignotizaron por completo, lo primero que pensé fue que no podia existir alguien así y que la prisa de llegar a la escuela me estaba haciendo ver cosas, pero no, tu estabas ahi... frente a mi, se que es cursi, pero es lo que siento con tan solo imaginarte.

Ojala puediera verte nuevamente mañana.

Con amor y cariño

Anónima.

*

Cerré mi libreta, hice mis oficios y me acosté con la esperanza de encontrarlo mañana de camino a la escuela, algo poco probable, pero la esperanza es lo último que muere.