Imaginas Old Magcon Boys.

Carter. *Cute*

Y si bien, no hacia frio hacia un flojo viento fresco que por algun motivo te agradaba esa mañana de sabado.

-Necesito comprar ropa

Te dirigiste a el chico pelinegro que te acompañaba.

-¿Hoy? Tenemos que llegar temprano a la cena de mis primos...

Exclamo antes de decir tu nombre con un bufido.

-Puedo ir yo sola, Carter. Si no quieres acompañarme esta bien.

-Amor...- tomo suave tu codo antes de envolverte en un abrazo.

Todo dentro de ti dio un vuelco de ciento ochenta grados. Un rubor en las mejillas te invadio y las piernas te temblaron. Nunca habias escuchado un "amor" tan sincero salir de sus labios.

-No tardare mucho, es solo un vestido.- te excusaste ante su mirada entrecerrada.

-Okay.

No pasaron mas de treinta minutos en la tienda. A pesar de lo mucho que te gustaban las compras habias cumplido tu promesa de no tardar mucho.

Al final del día, todo salía bien. El vestido, la cena, tus nervios por conocer a la familia entera de Carter.

-¿Te gusta como me veo?- preguntaste llevando una copa de vino tinto en una de tus manos.

-Tu... te ves...

Algo te iba a responder cuando un joven de algunos veinte se aserco a ustedes. Era un primo de Carter. Extendiste tu mano libre para saludarle cuando un estruendo se scerco a ti y no viste mas que bocadillos y la copa de vino callendo sobre tu vestido nuevo.

Uno de los sobrinos pequeños de Carter habia pasado corriendo con su perro cerca de donde estabas y habia hecho que toda la mesa de bocadillos volara pot los aires.

Un escosor comenzo a golpetear en tus ojos, balbuseaste algunas palabras tratando de defenderte de aquel suceso pero terminaste pir acertar con un:

-Ire afuera.

Atinaste a decir antes de casi lanzarle la copa a Carter y darte la vuelta en los tacones. En tanto estubiste segura de que nadie te veia te quitaste los zapatos y caminaste con ellos en las manos saliendo de la casa y dejando que el viento frio de la tarde-noche de tu ciudad te acogiese.

Pasaron unos segundos en los que estubiste apoyada en uno de los pasamanos de la escalera, quitandote las migajas y los restos de los pastelillos del vestido, así como tratando de reacomodar el peinado que tanto te habia gustado.
Sentiste como un suave calor cubria tu espalda y tus homros.

-Hey...- hablo Carter -Todo esta bien, Princesa. ¿Si?

-No, nada lo esta. Estoy hecha un desastre y nisiquiera pude conocer a tu familia. ¡Mirame!

-Ellos te conocieron a ti, y creen que eres fantastica al igual que yo lo creo. Y si responde tu pregunta de antes... te ves preciosa, con todo y bocadillos.

Tomo un trozo de pan de tu vestido y se lo llevo a la boca.

-¿Quieres que vallamos a tu casa y despues por unas hamburguesas?

Pregunto llevandote a su pecho, arropandote mas con su saco.

-Seria genial...

Levantaste la mirada para acabar dandole un pequeño y casto beso, seguido de una sonrisa de ambos.