Epílogo.

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Disfruten del epílogo :)

Las hojas secas por el otoño se quebraban bajo mis pies. Todo el lugar estaba silencioso, tan sólo el ruido del viento que soplaba a una velocidad realmente aterradora.

Tome la bufanda que llevaba puesta y la subí hasta mi cara, buscando tapar mi boca para no respirar aquel aire helado.

Seguí caminando; crucé varias lapidas llenas de flores coloridas, algunas secas y otras recién puestas. Llegue a la que buscaba. Una tumba realmente hermosa; era como una casa pequeña. Tenía paredes blancas por dentro y azulejos con delfines por fuera. En lo alto de la casa, se alzaba un trofeo de una competencia de natación que había ganado él años atrás.

Mire alrededor por unos segundos. La temperatura había bajado considerablemente, algo de nieve se dejaba ver, cayendo lentamente hasta tocar el piso bajo mis pies. Metí la llave en la cerradura de la puerta de la pequeña casa, gire a la izquierda y escuche el "click" que indicaba que ahora podría entrar.

Adentro hacia un poco más de calor, por lo que me quite los guantes y los deje en una tarima que estaba colocada dentro de la casa; principalmente la usaban para colocar algunas flores.

Todo el tiempo que estuve ahí dentro, me dedique a contarle a él lo que había pasado en mi vida los últimos tres años. Después de lo que pasó, todo se volvió oscuro, nada tenía sentido para seguir, pero lo hacía por él, por que a él así le hubiese gustado.

Había quedado trastornado por lo que había pasado aquella vez. Algunas lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas; jure que sería fuerte, salí de aquel centro convencido de que el pasado ya no me afectaba, pero venir aquí y platicar con él, me hacia darme cuenta que seguía siendo igual de débil.

La puertecita se volvió a abrir, revelando a un joven delgado y con una capucha en su cabeza. Me sonrió desde donde estaba y camino hasta llegar a mi lado. Me tomó por los hombros y me abrazo.

– Estoy bien Alex, lo juro. — susurre. Me aleje de él y le sonreí, para que creyera lo que anteriormente le había dicho. — Es sólo que...bueno ya sabes, venir aquí me afecta un poco.

– Está bien macho, pero tenemos que irnos. — asentí con la cabeza y camine fuera de la casa. Alejandro cerró con llave y caminamos hasta llegar a su auto.

En estos tres últimos años todo había cambiado; Alejandro y Frank estaban a punto de casarse, yo había estado viviendo en Sydney, principalmente por que había ido a recuperarme de todo lo que me había pasado.

La música que sonaba por el altavoz me distrajo de mis pensamientos, segundos después, la voz de Alex se unió a la melodía.

– ¿Has visto a... bueno, ya sabes... — pregunto. Negué con la cabeza y volví a mirar al frente.

No había vuelto a ver a nadie de su familia, no después de lo que había pasado en el hospital; la buena noticia nos había alegrado, pero siempre venía el terror detrás de algo bueno.

(.....)

3 años atrás.

– Necesitamos dos salas, llegaron dos jóvenes, ambos con herida de bala en el pecho. — la voz de un médico se hizo presente. Samuel corría junto a unas enfermeras que llevaban la camilla donde iba recostado Guillermo.

Raúl también iba en una, y Alex igual. Alejandro por suerte no le había pasado nada, pero el rubio y al pelinegro estaban al borde de la muerte. Ambos aún respiraban, pero sus latidos se iban haciendo cada vez más débiles y su respiración era cada vez más baja.

– Lo siento señor, no puede pasar aquí. — una de las enfermeras tomó a Samuel de los hombros, impidiéndole la entrada.

– Tengo que entrar, es mi novio el que está en esa camilla. — los gritos de Samuel fueron ignorados. Forcejeo hasta que lo soltaron; unos brazos lo sujetaron de nuevo, y de nuevo volvió a forcejear, pero se detuvo. Frank lo tenía abrazado de la cadera con sus brazos. — Estará bien, él lo prometio. — Samuel se calmo sólo un poco.

Perfect Match  ∞ Wigetta & Staxxby. {Editando.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora