Capítulo 1 - ¿No me vas a decir nada?

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[Narra Louis]

Cerró la puerta justo después de entrar en casa, y me agarró por la cinturilla del pantalón para atraerme hacia él. Sus ojos verdes me tenían hipnotizado, era lo único que podía pensar.

  - ¿No vas a decir nada?- susurró con su voz ronca cerca de mi oído, mientras me arrastraba hacia su cuarto.

  - Esto es mejor de cómo me lo había imaginado -dije en voz baja, sin poder contener mi excitación.

Llegamos a mi habitación. Aun seguía sin poder creerme que después de haberme llevado a cenar, Harry hubiese decidido que viniésemos los dos a mi apartamento.

Harry me dio un leve empujón con la cadera, y caí de espaldas en la cama. Vi cómo él sonreía y se pasaba la lengua por los labios, y eso me excitó demasiado. Se quitó la camiseta, dejando ver sus tatuajes, y esos abdominales marcados con los que tantas veces yo había soñado.

Se tumbó sobre mí, y lentamente se fue acercando hasta mi boca. Cuando pude sentir su aliento juntándose con el mío, no podía esperar a probar sus rosados labios.

 -No sabes cuánto te deseo, mi pequeño Lou - susurró sobre mis labios, justo antes de abalanzarse sobre ellos. Los acariciaba y los mordía, mientras el beso se iba tornando salvaje. Hubo un momento que no era consciente de que los labios me empezaban a doler debido a la intensidad del beso.

Nos separamos un momento, cuando nos faltó el aire, y nos miramos directamente a los ojos. Pude ver que los labios de Harry estaban rojos e hinchados, pero a él no pareció importarle, porque me empezó a quitar la camiseta, y me acomodó en la cama.

Me dio un pequeño beso en los labios, y fue descendiendo poco a poco por mi cuerpo. Primero fueron pequeños besos húmedos en la mandíbula y el cuello. Después llego el pecho, y Harry se detuvo en mis pezones. Los empezó a chupar y a darles pequeños mordisquitos, mientras yo suspiraba, a causa del placer. Cuando terminó, fue bajando por mi tripa, hasta llegar a mi pantalón. Se paró en el botón, levantó la cabeza y me miró con una sonrisa pícara. Lo desabrochó y bajo la cremallera. Con un poco de esfuerzo, bajó mis pantalones y se deshizo de ellos. Ahora yo estaba tumbado en la cama, con sólo unos boxers negros, y ansioso.

Harry volvió a subir a la cama, y se colocó encima mía. Me besó, como si no hubiese mañana, y comenzó a acariciar mi miembro, mientras yo soltaba pequeños gemidos. Estaba muy excitado, y los suspiros que Harry soltaba hacían que lo estuviera aun más.

Di la vuelta de tal manera que ahora Harry quedaba debajo de mí, ahora era mi turno de disfrutar.

Tus deseos son órdenes. [Larry Stylinson, ¡HOT!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora