La llegada.

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Me abrigué lo más que pude.
No recordaba que Londres fuera un lugar tan frío, sobretodo ahora en invierno, parecía que en cualquier momento iba a caer nieve.

Pedí un taxi y leí la dirección que Lisa me había entregado, se la indiqué al conductor y comenzó a conducir.
Bajé la ventanilla del auto, por lo que una gran ventisca nos rodeó, el conductor me observó con un rostro de pocos amigos y asentí, definitivamente aquella había sido una mala idea.

Al llegar bajé mis maletas. Lisa vivía en un departamento, aquellos característicos de la ciudad. El edificio completamente de ladrillos, y tenía hermosos árboles rodeándolo.
Comenzé a subir los escalones de la entrada, pero caí.

- ¡Mierda!- Fruncí el ceño.
- Esas no son palabras que debería decir una señorita- Una voz habló a mis espaldas. De repente observé como una mano se acercaba a mí.

- ¿Necesitas ayuda?-
Lo observé: cabello castaño, ojos azules y abrigo corto.
Asentí nerviosa y acepté su mano, me levantó y sacudí mi ropa.

- ¿Te encuentras bien?- Sonrió. Vaya tenía una hermosa sonrisa.
- Hmm, sí. Fué una caída pequeña. He tenido peores- Reí y él también.
- Deberías ver donde caminas- Abrió la puerta del departamento, incitándome a entrar.

Al cerrar la puerta noté que el lugar era cálido. Nos acercamos al elevador y apretamos el botón del piso al cual nos dirigíamos.
- ¿Vives acá?- Me atreví a preguntar.
El asintió.
- Aquí vive mi abuela, Sophia. Vivo con ella desde que mis padres murieron-
Agaché levemente el rostro y suspiré.

- Yo...- Rasqué mi nuca- lo lamento.
- No tienes por qué- Él me mostró su mano en señal de que la estrechara.
- Soy Louis. Louis Tomlinson- Sonrió.

Sonreí igualmente y la estreché.

- Laura Morrison-

Él abrió sus ojos a tope y frunció levemente el ceño, a la par que las puertas del elevador se abrían.
- ¿Tú eres...-
Pero no terminó su frase. Mi amiga peliroja se lanzó a mis brazos y me estrujó contra ella. Reí.

- ¡Laura! ¡estás acá!- Lloró.
- Dios, Lisa. Casi me matas del susto- Correspondí a su abrazo.

Ella me observó de pies a cabeza y asintió.

- Ya no pareces una niña. Veo que te han quitado los brackets-
- Claro, han pasado 6 años desde que no los llevo- Sonreí, "presumiendo" mi sonrisa. Ella solo volvió a abrazarme.

Se despegó de mí y se dirigió a algo... o mejor dicho alguien.

- Laura, te presento al amor de mi vida: Louis. Louis, ella es Laura, mi mejor amiga desde pequeña-
Fingí no conocerlo y estreché su mano, él me siguió el juego y sonrió. Pero aquella radiante sonrisa fué interrumpida por los labios de Lisa.

- ¿Estabas en la universidad?-
Louis asintió algo cansado.
- Sí. Hoy he tenido seis horas de matemática avanzada y estoy algo cansado...- Besó la frente de su novia y esta lo abrazó.

- Iré a descansar, adiós- Louis sacudió de manera divertida el cabello pelirojo de Lisa, mientras que le ofreció una dulce sonrisa a Laura. Ella sonrió igualmente.

Al ver que Louis se marchaba y comenzaba a desaparecer, Lisa miró a su amiga y la tomó de las manos. Ambas chillaron de la emoción y entraron rápidamente al departamento de Lisa.

Laura suspiró el dulce aroma del lugar. Todo parecía ser simple, pero perfecto; Unos cuantos muebles y sillones, una televisión tamaño mediana, hermosos retratos pintados seguramente por la madre de Lisa. La señora Huges era una gran pintora, sabía recrear momentos perfectos con tan solo algunas témperas y un pincel.

Laura caminó hasta una pequeña foto y la tomó entre sus manos. Era ella y Lisa, ámbas en su primer día del kinder. Ella traía una pequeña muñeca de trapo a la cual abrazaba como si en ello le fuera la vida, mientras que Lisa fruncía el ceño y se desarmaba sus largas trenzas.

Laura rió y acarició la foto. Lisa se aproximó a ella y rió al ver la versión pequeña de ámbas.

- He conservado aquella foto desde siempre. Es muy graciosa. ¿Sigues conservando aquella muñeca?- Preguntó.
Solté una risa al recordar el paradero de esta. - Mi perro Derrence la usa como juguete... creo que él es más feliz que yo con ella- Ambas rieron. Lisa tomó del brazo a su amiga y la jaló hasta una puerta color calipso pastel.

- Esta será tu habitación. Espero que te guste-

Laura entró. Había una cama tamaño normal, una pequeña mesita y una ventana que daba vista a gran parte de Londres.

- Es genial- Ella abrazó a su amiga, llena de emoción.
- ¡No puedo creer que viviremos juntas!- La peliroja corrió hasta la cocina y le indicó que abriera un envoltorio.

- ¿Qué es?-

La ojiverde abrió el regalo, dentro de este había una pequeña caja de terciopelo azul.

- ¿Aquí guardas tus muelas del juicio?- Lisa golpeó levemente el hombro de su amiga tras su comentario, luego rió y negó. - Si lo abres creo que sabrás que es lo que hay-

Laura soltó una tierna sonrisa y abrió ciudadosamente la caja. Abrió sus ojos a tope al ver un colgante de oro que traía dos iniciales "L & L"
- ¡Lisa!- La abrazó mientras comenzaba a llorar en su hombro.

- No sabes cuanto te extrañé, tonta-
- Yo a tí, descerebrada- Ambas rieron como en los viejos tiempos.

Definitivamente este sería un año inolvidable.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2016 ⏰

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