capitulo 4

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Despues de media hora decidí bajar a la cocina por un vaso de agua... cuando llegue vi a Cecilia.


Se veía muy linda con un vestido blanco y un gorro de lana tejido color rosa pálido y botas cafés.
Si lo veo desde un punto de vista distintos, se veía graciosas, pero en fin, me acerqué silenciosamente a tomar un vaso de agua y cuando se giró me vio y se espantó haciendo que dejara caer su teléfono y soltó un grito.

-¡Ahhh! Me asustaste.- dijo un poco alterada agachándose a recoger su teléfono y reí.- ¿de qué te ríes?.-

-No, de nada.- lleve mi vaso a la boca para tomar agua.

Hubo un silencio incómodo en el que ni ella hablaba no lo tampoco.

Deje mi vaso en el lavaplatos y estaba a punto de salir de la cocina cuando la oí decir con su voz chillona.

-Hey, no creas que no me doy cuanta.- me volví a ella y le mire extraño.

-¿qué?-

-Eso, sé que te gusta-

-Lo siento, pero no te estoy entendiendo.- claro que sabía.

-¡Qué te gusta Mario!- gritó. Me quedé callada un rato para comprobar que ni siquiera Mario había oído eso ya que su grito no fue para nada silencioso.

-No me gusta- hable con calma.- estas confundiendo las cosas, solo tengo un tiempo de conocerlo y no, no me gusta.

-¡claro que sí!, por Dios, vi como lo mirabas, tengo mucho tiempo estando con el como para no darme cuanta como lo miran las zorras de sus amiguitas y tú por lo visto, no eres la excepción.- abrí los ojos como platos.

Reí.- Estas loca.- y salí de la cocina para dirigirme al cuarto. Pero cuando estaba a mitad de las escaleras volvió a hablar haciendo que pusiera los ojos en blanco.

-Solo te diré que más te vale que no te acerques a él, es mío y no dejará que tú- me señaló con el dedo.- u otra tipa me lo quite.-

No conteste nada y seguí con mi camino.

Abrí la puerta y vi a Jan y Jazmine terminando el trabajo, ¿tanto me había tardado?

-¡oyee, ¿dónde estabas? Te tardaste, es más, ya acabamos!- dijo Jazmine mostrándome el trabajo.

-Lo siento, perdón, si quieren yo lo explico en clase y lo entrego yo- después de eso Jazmine se fue y me quede un rato con Jan oyendo música.

-¿cómo se llama esa canción?- pregunté.

-Es Grenade de Bruno Mars-

-se oye genial, peeeero, ya me tengo que ir.- me levante y acomode el cabello.



-Entonces nos vemos mañana-  y me despedí de beso y deje a Jan en su cuarto, cuando estaba a punto de salir de la casa la señora Gloria me grito.

-Quédate a cenar, linda- voltee y sonreí.

-Muchas gracias señora, si no es mucha molestia.

-claro que no, ¡Marioooo, pon un palto más en la mesa!- gritó y oí a Mario gritar «sí» y se asomó para ver quién era. Me miró y se le formó una "o" para luego sonreír.

-¿te vas a quedar? Qué bien.- y volvió a la cocina.

Todos los paltos estaban servidos en la mesa y me senté a lado de Jan y en frente estaba Mario a un lado su novia que por las miradas que me daba, parecía como si no le agradará, podía sentir los cuchillos que me lanzaba, si fuera así, hace ya bastante tiempo estaría muerta.

-¿y a qué se dedica tu mamá?- me preguntó la señora Gloria.

-Es encargada de vender antigüedades y evaluar su precio en distintos lugares, es por eso que a veces nos cambiamos mucho de lugar, y pues, ahora le tocó aquí, y está bien.- sonreí.

-Ohh, pues qué bien, interesarte.-

Estuvimos un rato más platicando sobre mi familia y cosas así, en cuantas escuelas había estado, y si me gustaba el cambio, me platicó que que ellos siempre vivieron aquí y que les gustaba, sus preguntas a mí sobre otros lugares eran infinitas y yo estaba encantada de contestarlas.
En toda la cena Cecilia no hacía otra cosa más que tratar de llamar la atención pero como si Mario se diera cuenta la callaba y dejaba que yo siguiera con mis historias, y eso me hacía sentir especial, en que sea sólo por un rato.

Las risas no paraban en la mesa mientras la señora Gloria platicaba cosas chistosas de Jan cuando era pequeño.

-Ahora tengo con qué chantajearte cuando no querías hacer mi tarea, eh- le dije y me miró mal pero divertido.

-No es gracioso- y todos reímos, menos Cecilia, ¿qué acaso no tenía sentido del humor? Rubias.

-Señora, ¿me permite su baño?- pregunté un poco tímida.

-Claro, es el último cuarto del pasillo.- y me levante para ir.

Subí las escaleras e iba viendo los cuadros que tenía a cada lado de los pasillos llegue al final pero había dos puertas, derecha e izquierda.

No le tome importancia y abrí la primera puerta adentrándome en la oscuridad, tanteé la pared para tocar el interruptor y prenderlo pero nuevamente la puerta se abrió y alguien detrás de mí prendió la luz que tensor estaba buscando, cuando el cuarto se iluminó todo había una cama, muebles, escritorio y está claramente no era el cuarto de baño, me giré a ver y mis ojos toparon con los de Mario.

-¿qué estás haciendo aquí?-

-...






Oigan perdón por no haber subido capítulo, como saben no estaba... pero ya lo subí y estaré subiendo capítulos para ustedes espero y les haya  gustado el capítulo ¡voten! Graciass😊
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See you soon.

Un sueño hecho realidad |Mario Bautista y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora