Llegó el inicio de clases. Y con él, las niñas se preparaban para ir asistir.
- Vamos Perla que se hace tarde. Debo ir a la oficina después – apuraba Babi a su hija.
- Babi hija, levántate que llegas tarde al primer día – hacía lo propio Katina con la suya.
Era el primer día de clases y tanto Perla como Babi (Valeria), asistirían a la misma escuela secundaria.
Como si fuera una jugada en la ruleta del destino, las hijas de estas dos ex-amigas, seguirían las huellas dejadas por sus madres en este colegio. Perla se preparó muy fina y delicadamente para ir a estudiar. Su madre la llevaría como cada año en su Mercedes negro, antes de ir a trabajar a su oficina.
Babi Valeria, por su parte se había levantado tarde. Tras darse una buena ducha y desayunar, prefirió irse con el pelo suelto y mojado a su clase.
- ¡Niña, pero que desprolija eres! Si te viera tu abuela, no te dejaría salir hasta que te arregles.
- Madre no tengo tiempo de arreglarme. Déjame que por lo menos ate mi pelo antes de irme.
- Bueno pero apúrate, que el bus pasa en cualquier momento y es caro tomar un taxi.
A diferencia de Perla, Valeria no contaba con un medio móvil al alcance de su mano, ya que su padre Luque se llevaba la camioneta muy temprano.
Sin embargo, era hora de una visita previa a su primo antes de ir a clases.
- Vaya pero que guapa se ha puesto la ruda – dijo Diego jugando al galán.
- Vamos hombre párale. ¿Recuerdas nuestro trato? – respondió su prima.
- Si en el trato hay mujeres, Diego Olivera nunca olvida. – dijo Diego.
- Anda, deja de hacerte el payaso y vamos que llego tarde. – apuró Valeria.
Diego llevó a su prima al estacionamiento y fueron en búsqueda de la moto. Arrancaron y emprendieron viaje hacia el establecimiento. Durante el viaje, Diego le contó a Valeria sus últimas vivencias y la confirmación de su incorporación al equipo oficial de la marca donde trabajaba su padre.
- ¿Así que has firmado con Seat? – preguntó Valeria.
- Gracias a Dios, sí. He logrado firmar por dos años. Y la gestión de papá tuvo mucho peso – respondió Diego. - Vaya que es grande el tío Hugo. Si es por ti, me hago tu fan número uno – dijo Valeria, riendo.
En ese momento, cuando tomaban la calle de Las Piedras, encontraron un gran embotellamiento. Diego, con mucha práctica, comenzó a sortear todos los autos estancados y continuó viaje. Entre los autos estancados, iba el Mercedes negro que transportaba a Perla.
- ¡Que embotellamiento de mierda, mamá! ¿Cómo no tomaste por otro lado? Ahora voy a llegar tarde seguro – rezongó Perla.
- Cálmate hija. En cuanto encuentre un hueco, desviamos y buscamos otro camino – respondió Babi. En ese momento, Diego pasó con la moto casi rozándolas. Perla se exaltó:
- ¡Joder, mira a esos locos como han pasado al lado nuestro! ¡Que ni se les ocurra haberse, por lo menos apoyado en MI Mercedes porque me van a conocer! Una raya que le encuentre, los mato.
- ¡Basta ya Perla! ¡Pareces una pendenciera en vez de una princesa, por favor! ¿Dónde quedaron tus modales? – la retó Babi.En ese momento, la fila de autos se movió y cuando halló un hueco en una bocacalle, encaró por ese sitio, desviando en búsqueda del camino a la escuela.
Gracias a la excursión realizada por Diego entre los coches del embotellamiento, Babi Valeria pudo llegar temprano al colegio:
- Bien prima, a la salida paso por ti. Solo avísame por móvil – se despidió Diego
- Vale, espero que tengas un buen día primo – deseó Valeria -
Es que va a ser un gran día, empezando desde ahora. Viendo a las chicas más bonitas, como me lo prometiste – dijo Diego sonriendo.
Valeria le pegó una palmada en el casco y se despidió de él corriendo para entrar a clases. Diego la saludó desde la moto y se quedó un buen rato, contemplando a las chicas que ingresaban.
Al otro lado del colegio, se estacionó el Mercedes de Perla. Por fin pudo llegar. Las cosas iban bien… hasta el momento en el que ingresaba al colegio. Diego al verla ingresar la reconoció:
- ¡Hey tú! – exclamó hacia ella. Perla lo vio, miró a ambos lados y volvió su vista hacia él.
- ¿Me hablas a mí? – preguntó ella sin entender nada. Diego se quitó el casco de la cabeza para dar a conocer su identidad. Perla se echó hacia atrás como si hubiese visto un fantasma.
- ¿Qué haces tú aquí? – preguntó nerviosa.
- No esperaba encontrarte aquí. Vine a traer a alguien ¿y tú? – retrucó Diego
- Pues a estudiar ¿Qué crees? ¿Qué vengo a jugar al elástico? – respondió Perla de mala manera.
- Pues es extraño que en este prestigioso establecimiento acepten animales además de mujeres - dijo Diego volviendo a cargar con todo.
- ¡Vete a la mierda, maricón! – gritó Perla furiosa. Tras esto ingresó corriendo al establecimiento, ya que llegaba tarde al izamiento de la bandera.
Diego se quedó afuera riendo por la actitud de esa muchachita. Se calzó sus gafas negras y arrancó la motocicleta para irse a seguir sus estudios terciarios. Tras los actos formales del inicio de clases, Perla ingresó muy malhumorada al salón por el encuentro vivido en la entrada. Fue así como la halló su amiga Valentina, que se sentaba detrás de ella:
- ¿Pues que te pasa ahora amiga que le vienes con esa cara? – preguntó
- Parece que el destino se burla de mí. Hoy volví a ver a un chaval que me hizo pasar rabia frente al instituto, hace dos semanas atrás. ¿Qué mal hice yo para merecer ese castigo? – respondió Perla.
- Pues ve tu a saber… ¡A lo mejor está enamorado de ti! – dijo Valentina riendo y echando más leña al fuego. - ¡Muérdete la lengua Valentina! – le retó Perla.
La conversación finalmente terminó con la entrada de la profesora al salón. La profesora comenzó a pasar revista de las alumnas presentes. La lista pasaba sin mayores problemas, hasta que una alumna en particular llamó la atención de Perla:
Cuando la profesora preguntó por "Mancini Herreruela, Babi", Perla dio media vuelta hacia atrás al oír venir el "presente" desde el fondo. Allí vio sentada en la última banca a una joven de normal estatura, con la mano levantada.
- ¿Has visto a esa chica Valentina? – preguntó Perla
- Pues ¿Qué tiene? – retrucó Valentina - Es que se llama Babi igual que mi mamá.
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Por Tu Amor
RomanceContinuación de la saga de Tres Metros Sobre el Cielo y Tengo Ganas de Ti.Los hechos ocurren 21años después del último encuentro entre Babi y Hugo( Hache). A pesar de haber confirmado su amor por Gin ,hugo parece no haber olvidado a Babi.Sus hijos r...