La tarde que Hugo y Babi se habían reencontrado en la calle, luego de que ella llevara a Valeria a su casa, Perla y Valeria se habían metido al edificio. Perla se encontraba muy mal tras la discusión con su madre. Valeria por su parte trataba de contenerla y animarla.
- Anda pequeña no te pongas así. Es normal discutir con tus padres a esta edad – trataba de aconsejar Valeria.
- Tú no entiendes Vale. Mi madre es mi pilar fundamental. Si me peleo con ella, no sé qué hacer. Se me viene el mundo abajo – dijo Perla llorando.
- Tranquila amiga, tranquila. Mira, ya llegamos a casa. Si tú quieres, te alisto unas sábanas y te acuestas una siesta ¿vale? – dijo Valeria.
Perla asintió con la cabeza, ya que no podía seguir hablando del enorme nudo que se le había formado en la garganta. Ese día, Katina tenía doble turno, pero Luque estaba en casa:
- ¡Hola papá! – Saludó Valeria
- ¿Cómo fue tu día hoy? - ¡Princesa! ¿Cómo estás? No sabes lo que descubrí hoy – contestó Luque con felicidad.
- Mmmm, no… Dime papi ¿que viste? – dijo Valeria mirando a Perla que se había quedado medio escondida, y esperando a ver con que salía su padre.
- ¡Pues descubrí que si llenamos la granja de árboles de manzanas, podremos hacer dulces de manzanas!
- ¿Y?
- ¿Y cómo quieres que haga dulce si no tenemos manzanas? – respondió Luque.
Perla lo miró con los ojos enormemente abiertos: "Es un completo idiota", pensó. Pero al rato se rectificó: "¡Estúpida! ¿Cómo puedes pensar así del padre de tu amiga?". En tanto, Luque siguió la charla con su hija.
- Cabe aclarar que la producción se hacía con manzanas de afuera. Se compraba a un proveedor de Tarragona.
- Ah! – respondió Valeria entrando en razón – Pues con mayor razón deben hacer las plantaciones. Es algo elemental, papá.
- ¡Ajá! ¡Has heredado la astucia de tu padre! – dijo Luque festejando a su hija.
Pero Valeria pronto cambió de tema
- Papi, necesito decirte algo. Traje a mi amiga a casa… Mejor dicho, me trajo ella, pero acaba de tener una discusión con su madre y quedó muy mal ¿Puedo prepararle la cama para que duerma una siesta?
- Si Princesa, llámala – dijo Luque. Cuando Perla entró, él se presentó.
- Buenas tardes niña. Soy Luis Enrique Mancini… Luque para los amigos.
- Encantada de conocerlo señor. Soy Perla Aragón Alcázar – respondió Perla como una princesa.
- Pues bienvenida al nido niña. Ahora tu amiga te preparará la cama y podrás descansar tranquila. Por lo que veo, has tenido un día complicado.
- Si señor. Acabo de pelearme con mi mamá. – dijo Perla, a punto de romper en lágrimas.
- Ya, ya, ya. Ya pasará. – dijo Luque, mientras la abrazaba tratando de consolarla.
- ¡Hey tú! ¡Suelta eso, que no es tu hija! –le gritó Valeria desde su pieza, viendo a Luque haciendo gala de su instinto paternal.
- ¿Qué, te has puesto celosa? ¡Ven aquí, que también hay abrazo para ti! – dijo Luque corriendo a abrazar a su hija. Ambos se abrazaron y luego fueron a abrazar a Perla para contenerla. Tras esto,
Perla finalmente fue a la cama de Valeria, donde quedó profundamente dormida.
A media tarde, Perla se despertó y encontró a su amiga en el suelo. Bajó un pie y comenzó a querer despertarla. Valeria reaccionó de manera violenta, tomando el pie de su amiga.
- ¡Ayayayayay! ¡No, no, no, por favor suéltame amiga! ¡Suéltame! - pidió Perla con mucho dolor
- ¡Tonta! ¿Cómo vas a despertarme así? Reacciono mal con este tipo de chistes.
- Si ya veo. Oye, ¿Qué hora es? - 6 de la tarde. Y mamá no volvió todavía. Ni la tuya.
- Hmmm… Papá no me podrá venir a buscar. ¿Puede tu padre ayudarnos?
- Desde luego. Le avisaré. Valeria habló con Luque para poder llevar a Perla a su casa y él aceptó la idea. Mientras viajaban, Valeria continuaba insistiéndole a Perla para llevar a cabo la fiesta con el Colegio Militar.
- Es una logística muy grande. Aparte recuerda que mi madre no me deja.
- ¿Y no conoces a nadie que quiera hacerlo? - La otra opción podría ser Valentina. Tiene una casa grande como la mía. El problema es el mismo que el mío. Sus padres no son muy permisivos.
- Pues hay que intentarlo. ¿No crees? Perla aceptó la propuesta y finalmente terminarían la conversación, ya que llegaron a su casa y debía despedirse.
Al llegar a la mansión, se contactó con Valentina a quien le propuso la idea. La gran sorpresa, fue que los padres de Valentina le permitirían a su hija armar la fiesta en su casa, ya que consideraban a los alumnos del Colegio Militar como "hombres de bien y con gran futuro". La fiesta se realizó a la semana siguiente. Perla, Valentina y Valeria no podían creer la magnitud del evento que habían realizado. Chicos y chicas de los dos colegios, paseaban, conversaban, se divertían, bailaban y se refrescaban en la gran piscina de la casa de Valentina. Una fiesta más que inesperada. Pero no todo fue alegrías en ese día. Tal como se lo previó Babi a su hija, a mitad de la noche llegó a casa una banda de vándalos que irrumpieron en la escena volteando la puerta, arrojando cerveza a los invitados y ocupando el living de la casa.
Habían sido alertados por una rival de Perla, quien era novia de uno de los integrantes de esa banda. Perla corrió a ver qué sucedía y entre los bravucones encontró a su hermano Horacio, sentado en un sillón, con los pies arriba de la mesa ratona y bebiendo una botella de cerveza. Al instante gritó:
- ¡Horacio! ¡¿Por qué carajo me estas arruinando esta fiesta?!
- ¡Hey, calma enana! Este sitio sí que está para cualquier cosa ¿eh? Me agrada.
- ¿Me tomas por estúpida o qué? ¡Saca ya mismo a tus bravucones de aquí o llamo a la Guardia Civil!
- ¿Ah sí? – preguntó Horacio levantándose del sillón
– ¡A ver cómo le haces! – dijo tacleando a su hermana y sacándole el móvil.
Una vez que lo hizo, salió corriendo por los pasillos.
- ¡Cabrón de mierda, vuelve aquí con eso! Horacio corría riéndose y finalmente entró por una puerta, trancándola. Había llegado a la cocina y dentro de ella se había escondido Valeria.
Ella conseguiría enviar desde ahí un mensaje a su primo pidiendo socorro y conseguiría alertar a la Guardia Civil. Lo que no contaría, era con la presencia de Horacio, justo ahí:
- ¡Vaya! ¿Y esta princesa suelta de donde salió?
- Bueno pues… No esperaba que estés aquí. – dijo Valeria sonrojándose
- ¿Y qué? ¿Acaso tienes miedo de algo?
- Bueno… los bravucones que te acompañan me dan miedo
- ¿Y yo?
-Podría decirse que no.
- ¿Pues entonces que esperamos? – dijo Horacio insinuándose y acercándose a ella con dudosas intenciones.
- Horacio… ¿Estas ebrio? – preguntó Valeria adivinando las intenciones de él.
- Ebrio… de amor por ti, primor – respondió Horacio abalanzándose sobre ella.
Valeria retrocedió asustada de que Horacio se quiera propasar con ella. A tientas conseguiría manotear una sartén por el mango y le propinaría un potente sartenazo a la cara. El golpe, más el alcohol consumido, hicieron que Horacio pierda el conocimiento momentáneamente. Eso le dio luz a Valeria para que pueda escapar de la cocina. Comenzó a correr por los pasillos y fue así que la encontró Perla.
- ¡Valeria! ¿Dónde estabas?
- Por favor, dime que esto es un sueño, sácame de aquí. No puede estar pasando.
- ¿Qué cosa? - Después te cuento, pero sácame de aquí. - Ven conmigo que conozco la salida. – ordenó Perla
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Por Tu Amor
RomanceContinuación de la saga de Tres Metros Sobre el Cielo y Tengo Ganas de Ti.Los hechos ocurren 21años después del último encuentro entre Babi y Hugo( Hache). A pesar de haber confirmado su amor por Gin ,hugo parece no haber olvidado a Babi.Sus hijos r...