-¡Maldita sea Raven!- Gritó Frank, tirando la botella de Whisky que tenía en la mano derecha, la cual se rompió en pedazos contra la pared derramando el escaso líquido que quedaba en ella.
-¡¿Vas a seguir arruinando mi vida?!- Era la primera vez que Raven veía a su padre así, no lo reconocía. Él siempre había sido amable y considerado con ella, hasta ese momento.. Ella tenía solo siete años en ese entonces, no podía comprender lo que estaba pasando. ¿Por qué su padre estaba tan enojado con ella?
Frank tomó a Raven por el brazo con demasiada fuerza, y ella gritó del dolor. Entonces la golpeó para que se callara, pero ella siguió gritando.
-¡Frank, basta!¡Ella no tiene nada que ver con esto!- Dijo su madre, Liz, mientras trataba de calmar a Raven, que lloraba sentada en el piso. Acarició su rostro y la abrazó cariñosamente.
-Todo estará bien cariño.- Le susurró Liz en el oído, antes de que Frank la tomara del brazo y la arrastrara hasta la habitación más cercana, cerrando la puerta detrás de él. De pronto Raven estaba sola, escuchando los gritos de súplica de su madre y las réplicas de Frank, que cada vez contenían más furia en su voz.
El recuerdo se suprimió en una oscuridad absoluta y el ruido de un despertador arrastró a Raven lentamente de nuevo a la actualidad.
Apagó el despertador y se levantó de la cama como todas las mañanas. Treinta minutos después estaba vestida y lista para salir de su casa. Era sábado, y Raven no sabia donde iría, pero no se quedaría en esa casa con su padre.
Salió por la puerta ignorando a su padre que le preguntaba a donde se dirigía. Caminaba por la calle ignorando las miradas, y a todas las personas que se cruzaban en su camino. A Raven le gustaba imaginar que era la única persona en este mundo, si fuera así todo sería mucho más fácil.
Veinticinco minutos después, Raven estaba sentada en un banco del parque que siempre observaba cuando estaba en clase. Le gustaba ese lugar, iba seguido a leer y a pensar..
Raven absorbía con fascinación cada palabra de su libro, cuando un grito la saco de su trance. Vio a un chico alto corriendo a un perro, la escena le pareció bastante patética y un poco divertida. El chico cayó y el perro saltó encima de él, lamiendole la cara mientras él se quejaba.
Raven rió, lo que llamó la atención del chico que se encontraba aun en el piso. Él la miró, y por un momento ella sintió que él lo sabía todo. Sabía lo que ella sentía, que tenía miedo, que lo necesitaba. ¿Ella lo necesitaba? Raven se levantó asustada y comenzó a caminar en dirección a su casa.
-¡Ey!- Raven se dio vuelta y vio al chico con un libro en la mano. Su libro. -Olvidaste esto en el banco- Dijo, mirándola fijamente. Tenía unos ojos hermosos de un color que Raven no logro descifrar, eran bastante llamativos. A ella le gustó eso.
- Ah, gracias..- Dijo Raven mientras sentía como su voz se apagaba. Un silencio incomodo inundo el pequeño parque mientras ellos solo se miraban.
- Bueno, tengo que irme Raven, nos vemos por ahí..- Dijo saludándola con la mano mientras se daba vuelta.
-¿Cómo sabes mi nombre?- Preguntó Raven bastante desconcertada. Pero él solo le sonrió, y esa era toda la respuesta que ella necesitaba por el momento. Él tenía una sonrisa fantástica.
Raven no lo vio irse, él solo desapareció del parque con su perro y sus hermosos ojos.. Ella no sabía quien era, como se llamaba, o porque él sabía su nombre.. No sabía absolutamente nada de él, pero quería volverlo a ver.
Quería ver esa sonrisa de nuevo..
ESTÁS LEYENDO
Raven.
Teen FictionTerrence apareció sin que ella lo notara. Sin que lo llamara. Él supo todo lo que ella necesitaba, sin que tuviera que decirlo. Raven se sentía a salvo... Pero, nunca se preguntó ¿Quién era Terrence Blake?