Raven se encontraba en la biblioteca pública de Freistown, el pueblo donde vivía. Ella encontraba algo verdaderamente fascinante en ese lugar. Era una biblioteca enorme, para sorpresa de cualquier persona, ya que ese pueblo carecía de toda infraestructura extravagante o lujosa. Eran solo pequeños locales o humildes, pero cálidas, casas o en todo caso "hogares" para aquellos que logran ver la fascinación de unas simples paredes.
Si, eran solo edificios, nada que una persona miraría dos veces, pero eso era fascinante para Raven. Cada edificio, por más insignificante que fuera, tenía una historia. Así como las personas. Era fascinante y a la vez aterrador pensar que nunca terminabas de saber la historia de alguien o algo.
Ella pensaba que en realidad no quería saber la historia de las personas, ya que cada una ocultaba algo; pero era diferente con los lugares que frecuentaba. Estos tenían una esencia formada por recuerdos y momentos que la gente ignoraba, y Raven no lograba comprender eso. ¿Como un edificio de más de sesenta y cinco años podía pasar desapercibido? Cientos de personas habían pasado por ahí, su historia de vida se entrelazaba con ese edificio, aunque fuera por segundos, cambiando sus vidas.
Raven sentía una conexión con esa biblioteca. Era antigua, con enormes muebles de roble que contenían mas de cien libros cada uno. Era un lugar enorme, que parecía tener alma. Todos los libros, mesas y muebles de madera, lámparas antiguas y cuadros parecían formar la esencia de una personalidad imponente y llena de sabiduría.
Raven amaba ese lugar, pasaba la mayor parte del día allí. Nunca había demasiadas personas, pero tampoco estaba vacía. Y las personas solo se concentraban en sus libros, por lo que no tenia que hablar con nadie, y esa era la mejor parte.
Raven iba por su parte favorita de "Grandes esperanzas" de Charles Dickens cuando una voz la interrumpió.
- "La amaba contra toda razón, contra toda promesa, contra toda paz y esperanza y contra la felicidad y el desencanto que pudiera haber en ello."- Dijo la voz. Y por primera vez Raven se dio cuenta de que había un chico, de cabello castaño claro y hermosos ojos, sentado en frente de ella. Pero, ¿Qué hacia él ahí?
-¿Cómo supiste que iba por esa parte?- Le preguntó Raven al chico que estaba allí. Y, de nuevo, su contestación fue esa sensacional sonrisa.
-No lo sabía- Dijo. -Es un gran libro, ¿No?- El solo apareció ahí, sin explicaciones ni argumentos, solo adivino por que parte del libro iba y comenzó una conversación como si eso fuera normal. Raven aun no lograba entender que estaba pasando cuando él volvió a hablar:
-Sabía que te encontraría aquí, vienes muy seguido.-
-¿Cómo sabías?- Pregunto Raven, bastante confundida.
-No lo hacía.- Contesto con una sonrisa.
"¿Quien es este tipo?" Se preguntó Raven, sin esperar ninguna respuesta.
-Ah, por cierto, mi nombre es Terrence, por si te lo habías preguntado. Terrence Blake.- Dijo, sonriendo nuevamente. Tal vez él sabía el efecto que su sonrisa tenía en ella. Eso explicaría porque sonreía tan seguido.
-Estas inesperadamente callada Raven, tal vez llegue en mal momento. Supongo que Dickens te tiene ocupada. Bueno, nos vemos luego.- Dijo, levantándose y empezando a caminar.
Antes de que Raven pudiera detenerlo él ya se había ido. De nuevo.
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Raven.
Teen FictionTerrence apareció sin que ella lo notara. Sin que lo llamara. Él supo todo lo que ella necesitaba, sin que tuviera que decirlo. Raven se sentía a salvo... Pero, nunca se preguntó ¿Quién era Terrence Blake?