Amor y otras drogas✒

Reverso

Qué cantas a la luz de la Luna si todavía no se ha atrevido nadie a darle la vuelta a tu cara oscura.

Qué miras a la vuelta de la esquina si las respuestas sólo aparecen como pintadas en las fachadas de la vida.

Qué oyes en silencio, en el espacio, si las ondas todavía tardan tres suspiros en osar toserte o siquiera despeinarte.

Qué saboreas si en tu boca nada se atreve a adentrarse por miedo a la respuesta de tu lengua y al rechinar de tus dientes .

Qué hueles en busca de sueños si ellos sólo te visitan cuando te gusta vivir de noche y morir de dia.

Qué piensas con la cabeza agachada si sólo eres capaz de recibirme con las lágrimas abiertas y las piernas bien saladas.

Tu vida es como una estación de metro insuficiente para muchos y desierta para otros, llena de talentos y a la vez vacía de esperanzas, con premios en cada asiento o un simple gasto de mapas.

Que es difícil adentrarse en tu mente cuando te mueves fijo y sin rumbo hacia el mismo acantilado por el que se tiró a tu muñeca.

Que lo siento si te duele cuando a mi me cortan las alas porque son un reflejo de las tuyas, pero no soy capaz de aguantarlas.

Que me da que pensar cada vez que te miro y te veo dibujando sabanas en las camas de África.

Eres lista sutil y sincera, justo lo que él no desea. Siente si te pesa más, de lo que lo hace una mentira, cuando intenta esconderse detrás de tu cortina.

Que pena que los jueves no sean domingos para poder bailar sin rumbo fijo por los cajones de tus venas y los domingos hostias consagradas que evocan telenovelas.

Que pena que sólo me desees cuando me muevo por tus caderas y no cuando los trombos acechan tu duermevela.

Que me gusta cuando respiras suspirando y meditando sobre los quehaceres de tus próximas vidas.

Que vives concentrada en tu futuro cuando tu presente no se mueve ni a la segunda estrella a la derecha y después todo recto hasta el amanecer.

Que tu alma no será nunca libre si te encargas de cerrarte las puertas de la selva en la que se adentraba Janne.

Que todo esto termina sólo cuando no te cortas ni un pelo a la hora de crear despedidas, esas que tan mal se me dan y tan bien me encaminas