— Deja eso —Jem reía en una mezcla de diversión y vergüenza tratando de no llamar la atención, cosa que parecía difícil teniendo justo en frente a la persona que le estaba haciendo ponerse de aquella manera.
— Hablo en serio —A pesar de que su mejor amiga estaba esbozando una sonrisa a Jem le parecía complicado decidir si estaba hablando en serio— Dices que el apetecible chico con el que siempre te mensajeas dijo que para tu cumpleaños te daría una, y lo cito, «enorme sorpresa». Llámame loca pero yo creo que con enorme se refería al tamaño de su...
— ¡Jamie! —Tuvo que hacer serios esfuerzos para no estampar su cara en la mesa. Demasiado. Todo eso era demasiado.
Sabía que si le decía a su amiga lo que había pasado en algún punto de la conversación saldría algo como eso, más temprano que tarde, lamentablemente. Solo había bastado con terminar de contarle para que ella comenzara con todo tipo de bromas subidas de tono que Jem rogaba que no hubiera escuchado ninguno de los niños presentes en ese pequeño restaurante familiar.
Estaba seguro que algún día arrestarían a su mejor amiga por perturbación del orden público, de eso estaba seguro.
— Bien, bien. Lo dejo —Jamie soltó un suspiro resignado para después darle un sorbo a la taza de su café—. Hombre, cuando te pones así entiendo porque siempre eres el pasivo.
— ¿Podemos hablar de otra cosa que no tenga que ver con temas no aptos para todo público? —Susurró mirando a todos lados y esperando que no encontrarse con algún conocido.
— Bien —La chica se llevó una mano a su cabello que con el paso del tiempo parecía hacerse cada vez más corto y giró su cabeza hacia la ventana que ambos tenían justo a su lado, mirando al exterior —... ¿Qué tal está Sean? ¿Sigues viviendo con él?
No pudo pasar por alto el tono de preocupación de su amiga. Sí, tal y como pensaba ella estaba igual de intranquila que él mismo.
— Todo... —Jem se quedó callado por algunos segundos, mirando también hacia el exterior, como si eso pudiera ayudarle a encontrar las palabras que estaba buscando— Va como siempre.
— Entiendo —Ella esbozó una sonrisa que parecía un tanto resignada—, ¿entonces sigue liándose con todo lo que se mueve?
— Podría decirse... —Jem ladeó un poco la cabeza— Esta noche he tenido que irme al departamento de Arthur porque se ha llevado a alguien al departamento que compartimos después de la fiesta.
— Sí, eso suena como algo que él haría...
Por más que lo intentaba, Jem no entendía a esos dos. Ya había pasado un tiempo desde que se habían peleado y aunque sí que se mostraban interesados por saber noticias del otro no parecía haber muestras por ninguno de los dos por querer arreglar las cosas.
Siempre habían sido los tres. Se conocían desde muy pequeños y se habían vuelto amigos por ser los rechazados de la clase. Valía la pena no ser parte de ningún otro de los grupos estereotípicos ya que se tenían los unos a los otros.
Jem esbozó una sonrisa ante ese recuerdo. Él siempre había sido el que se quedaba en un rincón, demasiado tímido como para interactuar con los demás. Por el contrario, Sean siempre estaba brincando de un lado para el otro, siendo calificado como «molesto» por la gran mayoría de personas por allí, Jamie era la única chica que no mostraba interés alguno por interactuar con las demás, encontrando mayor diversión en correr por todos lados aun cuando terminaba raspándose las rodillas o llena de lodo.
— Hey, ¿en qué piensas? —La voz de Jamie le sacó de sus pensamientos— ¿Otra vez estás recordando los mensajes eróticos de tu amado?
— No, de hecho estaba recordando que cuando te conocí me retaste a una carrera y cuando me ganaste no dejaste de burlarte de mí en todo el día.
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Alguien diferente (Gay)
RomanceBass creyó que la mejor idea para lidiar con el mal de amores fue huir e intentar desarrollar sentimientos por Sean, quien hasta el momento se ha mostrado como el mejor candidato para superar todo aquello que le hacía tanto daño. Por supuesto, en te...