Prologo.

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En un departamento sencillo, en un lugar lleno de edificios había una simpática pareja viviendo su vida unida, se encontraban en cama sin hacer otra cosa que hacerse cosquillas, Michel Elizabeth Schmidt, un joven de casi 20 años, de tés clara, ojos azules, facciones rudas y con algunas cicatrices en la cabeza, estaba con su actual pareja y, para él, el amor de su vida, "Doll". Dominic Marshall, un chico de 18 años, con nacionalidad rusa, de piel blanca, casi albina, de ojos cafés y de cabellera castaña, era apodado "Doll" por su semejanza a un muñeco de porcelana, y combinaba con su nombre. Ambos estaban riendo tras las cosquillas que recibían del contrario, era un día tranquilo y armonioso, nada fuera de lo común.

Su departamento estaba lleno de muebles usados, pues, por el accidente que Mike de pequeño, no podía conseguir un trabajo, Dominic era el que daba el sustento al hogar, no le molestaba, comprendía la situación de su novio. Doll trabajaba en una empresa como capacitador, tenía que ir y venir a varías afiliaciones de la marca que lo contrató, afortunadamente solo era en la ciudad, pero era muy pesado, esos días libres eran descanso pleno, pues Mike lo trataba como niño pequeño y lo consentía, eran esos fines de semana que le hacía sentir que todo valía la pena.

Su relación iba a cumplir tres años, el chico ruso había preparado una gran sorpresa para su pareja, tenía la necesidad de pedirle unir formalmente sus vidas enfrente de todo el mundo. Reservó un restaurante que le costó tanto tiempo poder pagarlo completo, y habló con su madre sobre aquel asunto, ella era abierta, no como la progenitora de Mike, quien seguía negándose que ellos dos seguían juntos. La mujer, de igual piel que la suya, le dio un anillo de generaciones atrás, le hacía ilusión ver que su hijo daría el gran paso y no le molestaba que usara aquella reliquia familiar.

Esa noche, Mike estaba con un traje formal, le incomodaba no poder llevar un gorro o un sombrero, pero se colocó suficiente maquillaje para que aquellas marcas no fuesen tan visibles. Estaba algo impaciente, había querido hacer otra cosa más que ser invitado, pero aún no encontraba un trabajo y le desesperaba no poder hacer la pregunta más importante que le haría a Doll, respiraba profundamente esperando paciente a su amado, pero estaba entristecido.

-¿Por qué la cara larga, Mikey?- su voz suave llamó la atención del oji azul quien lo observó sonriendo.

-Por nada, solo me estaba aburriendo. -se levantó para recibir al castaño

-Perdona por hacerte esperar, ya sabes, fui a ver a mamá y me quería hacer de comer y mil y un preguntas más. -al oír la palabra "mamá" le hizo recordar a aquella señora que le había gritado que su compromiso era un pecado, que iría al infierno por enamorarse de un hombre y su mirada fue divagante. -¿Mike?- de nuevo, la voz de Doll le hizo regresar a la realidad.

-P... Perdona, me quedé pensando...- dijo tomando asiento junto con el castaño.

-Recordaste a tu madre...- cuestionó algo preocupado y sonriente.

-Sí... Espero que llegue a aceptar que estoy haciendo lo que quiero. -colocó sus manos e n la misa mirándolas algo decaído, una mano blanca tomó una de las suyas u la acarició con cariño.

-Se que lo hará...- ambos sonrieron y se acomodaron, un mesero tomó sus órdenes.

La noche fue alegre, llena de risas, temas de conversación que se iban a la imaginación, comida deliciosa, y tras algunos tragos y el postre quedaron en la mesa sin más que hacer, el oji-cafe suspiró hondo y empezó a poner en marcha su plan. Tras acabar su postre fingió que un tenedor se le caía más cerca del oji-azul que de él, esto hizo que el mayor se agachase buscándolo. Doll se apresuró a buscar en su saco aquella caja, Mike estaba apunto de pararse, Dominic se arrodilló teniendo la caja en mano, al ver que se levantaba estaba a punto de sacar el anillo, pero su teléfono sonó en ese preciso momento,

.Arg... demonios- dijo el chico levantándose y buscando su teléfono y guardando la caja para que Mike no la viese, tendía que volver un plan esa misma noche.

-¿Trabajo?- preguntó Mike sonriéndole.

-No tardaré, lo juro- y así se alejó saliendo del establecimiento para que su señal no se debilitara.

Mike se quedó sentado, miraba el tenedor que tenía en su mano, recordaba que en algún momento le platicó a Doll que eso sería un buen pretexto para proponerle matrimonio y se sintió mal, estaba decidido de nuevo, pero mirando a su amado yendo de un lado a otro, que este voltease y le dedicara una sonrisa hizo que se sintiera mejor, y se hizo una promesa, buscaría cualquier trabajo y le comprara su novio el mejor anillo que pueda existir.

Mientras tanto, Doll discutía con su jefe, las noticias que le estaba dando no eran satisfactorias, estaba molestándose poco a poco, pero evitaba gritarle al hombre que yacía en el otro lado de la línea. Tras respirar, masajear sus sienes y tranquilizarse, con un resoplido aceptó los términos de aquel trabajo que le estaban requiriendo, una última cosa lo había entre animado y preocupado, pero trató de pensar positivo. Colgó y suspiró para darle la noticia al oji azul. Entró algo cabizbajo y cuando llegó a su mesa, se sentó y miró a Mike.

-Mikey... tengo noticias...-

Decisiones. - JereMike (FanFic en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora