Aquel viejecillo me miraba con odió, como si hubiera comido pizza de soya o algo así.
-¡Espera aquí!-
me dijo atras de las bancas de aquella capilla... (que por cierto no estaba tan fea).
Tan solo moví la cabeza hacia arriba y abajo asegurando una gran pena, en ese momento volteé como esa sensacion que te dice que lo hagas, y en un movimiento cada ve mas lento y lento, llegue a las bancas del fondo, donde pude observar a una persona con una silueta familiar. Tenia el pelo brilloso y largo, era lacio y castaño. Al parecer era Miranda. mi mejor amiga.
-¿Que se supone que hace aqui?, ¿Tambien rompio una estatua? ¿Por que se separaro The Beatles?-
Yo solo pensaba angustiado... -¿Por que se tuvieoron que separar? Digo, Yoko Ono si estaba fea... pero... agdnfdksk.djfm ¿Qué?-
Después de reflexionar todo, me acerque lentamente para asegurarme que lo que yo pensaba era cierto, y en efecto era ella, con algo extraño que parecia un collar con circulitos y una cruz.
-Mi...¿Miranda?-
-¿Lasro? ¿Que haces aqui? ¿Tambien vienes aconfesarte?
Puse una cara de asombro y angustia que lo unico que pude decir fue -Eh... Si si- con un tono muy confundido.
-Excelente, me alegro que vengas- Dijo Miranda con una sonrisa pequeña.
-Yo no.. Digo Digo, a mi tambien me gusta mucho visitar estos lugares- volí a decir con el tono de preocupación.
Mientras tanto ella me preguntó
-¿Enserio? Wow, ¿Y por qué no te haces sacerdote?
No me quedo mas que mirarla con cara de Fuchi y decir:
-¿Sacer qué?-
-¡Sacerdote! ¿Que nunca has ido a misa?, Son los que las hacen, tambien son muy reconocidos, la gente les tiene respeto y pueden perdonar los pecados, claro primero tienes que ir a un seminario-
Tan solo con escuchar las palabras "La gente les tiene respeto y pueden perdonar los pecados" se me iluminaron los ojos, no dejaba de pensar que podia romper todas las estatuas del mundo y perdonarme a mi mismo. Mire hacia abajo con una cara confundida, pensaba en lo que acababa de hacer y despues de un total silencio sonó un azote de la puerta de la capilla.
-¡VEHN PEHCAHDOHR!-
Grito aquel viejecillo, y antes de poder pararme me sujeto del cuuello y me alzo exageradamente.
-Que bueno, ya es tu turno de confesión! Dijo Miranda creyendo que me llevaban para su dichosa confesión. Tan solo la mire con una sonrisa fingida con una mano alzando el pulgar mientras ya no sentia el cuello.
Fue raro, mientras me apretaba el cuello aquel HIJO DE SU P%@-#+$+3, pensaba en lo que me habia dicho Miranda, como si ella no fuera la que me habia hablado, si no mi propia mente diciendome que olo asi se me perdonarian mis "pecados", era eso o mi trpia buscando algo de comer, no habia comido nada.
Cuando por fin llegamos a la oficina del Sacer.. Sacer... esa cosa, donde me habia llevado el viejo, aquel señor me empezo a hablar acerca de algo de unos mandamientos y quien sabe que mas me estaba inventando. Después de reflexionar las palabras de Miranda viendo hacia la guayabera del viejo, interumpi al señor y dije:
-¿Que le parece si me voy a un seminario?-
-¿QUEH?- Gritaron los señores muy sorprendidos y confundidos
Mire al suelo y levante la mirada lentamente mientras decía:
-Quiero ir a un seminario, tal vez y con eso aquella persona que llaman Chuy me perdone-
Y de un regaño acerca de una estatua pasamos a la "Gran obligación de estar en un seminario". Todo lo que me decian era justo como Miranda lo habia descrito
Después de una tarde rápida en la que en menos de una hora decidí mi futuro, llegue a mi casa un poco agitado, abrí la puerta y grite con un tono cansado.
-¡Voy a ser Sacer... eso!-
En seguida mi madre bajo y grito confundida
-¿Sacerdote? ¿Tú? JAJAJAJAJA, si ni a misa vas-
-No importa, sera una obligación que debo cumplir- dije con el mismo tono de agitado...
Una semana después, que en verdad senti que fue un abrir y cerra de ojos mi madre me cerraba la puerta del coche de un lado a otro y me gritaba:
-¡Suerte en tu nueva vida!-
Siendo ese lugar el seminario.
FIN CAPITULO II