Hola, Querido Imbecil.

El chico del parque.

Un día mas de mis cortas vacaciones de verano, he decidido terminar el libro que tanto me gusta antes del regreso clases, me di una ducha, me puse un vestido azul turquí, con puntos blancos y unos converse blancos, para así peinarme y salir de mi casa, así me dirigí al parque de mi conjunto residencial. Pasando por la vieja casa del lugar, una de las primeras casas hechas en este conjunto, un poco mas grande que el resto, algo anticuada pero demasiado hermosa, después de varios años viendo esta casa volverse mas vieja.

No me preocupo mucho, los nuevos dueños deben de ser agradables, a la distancia se podían oír pasos de una niña junto con carcajada infantiles, una mujer joven de cabello castaño corto con jeans y una blusa de mangas largas azul, persiguiendo a la niña entre carcajadas, esta parecía su madre, en ese instante ella agarra la niña de la cintura para así hacerle cosquillas, también sale otra mujer de cabello rubio, largo hasta la espalda con un vestido de flores, dándole un vaso de agua a la mujer de cabello corto y un beso en los labios, me pareció tan adorable que me perdí en mis pensamiento.

En ese instante ellas notan mi presencia, a lo que me deja el rostro ligeramente rojo, las saludo agitando mi mano, a lo que ellas responden sonrientes, así continuo mi camino hacia él parque. debería hacerles un pastel o algo de bienvenida para que no se sientan raras por las miradas, algunas personas pueden ser así y no entiendo por que, es buena idea pero lo haré luego ya que quería acabarme este libro "The hunger games". Me encanta ese libro ya es como la quinta ves que me lo leo, cuando llegue me subí a mi árbol favorito para así hallar un poco de paz,  estaba en mi máximo nivel de concentración hasta que siento algo subir por mi brazo, hormigas!!! al saber lo que son hacen que me sacuda y resbale, escucho mi libro caer en el pasto pero yo no sentí el suelo, cuando abro los ojos un chico de ojos azules detrás sus de lente, cabello rubio de peinado perfecto y una camisa roja a cuadros me estaba cargando como princesa.

-¿siempre caes así con los chicos?- dijo pícaro.

- podrías bajarme ya? - respondí. El me bajó de inmediato para recoger mi libro, al cual lo recibí.

-Me llamo Dylan - dijo sonriente.

-me llamo Máxine- dije sentándome en una banca para empezar a leer mi libro, él se sentó al lado mío, sin dejar de mirarme.

-¿tengo algo en la cara?- dije algo molesta.

-no -dijo apartando la vista.

-¿tú vives aquí?- dije sin apartar la vista de mi libro.

-no... Emm... Solo estoy de visita y me he perdido- tiene razón este lugar es muy grande.

- donde necesitas ir yo te ayudo- dije apartando la mirada de mi libro, pensando en que así le dejara en paz.

- no, tranquila, no moriré- dijo algo sonriente.

- si tú lo dices, pero si mueres, yo nunca te vi- contraataque y eso hizo que su sonrisa se borrara.

Vi mi reloj y me di cuenta que ya era hora de almorzar, mi mama es muy exigente en ese tema y no bebo llegar tarde.

- lo siento pero debo irme,- dije parándome y estire mi mano para despedirme a lo cual él respondió.

- fue un placer conocerte y espero que nos volvamos a ver - me aleje del lugar pero sentía que su miraba me seguía y me daba escalofríos.

Cuando llegue a casa, mi madre estaba sirviendo el almuerzo a mi hermano mayor, casi universitario y a mi padre.

- oh, ahí estas querida llegas, justo a tiempo- dijo mi madre sonriente.

deje el libro en el sofa y me senté en mi asiento esperando que mi madre me trajera el almuerzo.