Nuestro "Para siempre"

The end

Originalidad 100% con el titulo XDDD 

Advertencias: 

1. Los personajes de Diamond no ace le pertenecen a Yuji Terajima

2. Yaoi <3 

++

Respiró profundo. El no podía desmentir que los nervios surcaban gran parte de aquel extenso océano de emociones, la ansiedad y una calidez conocida también anidaron en su corazón. La gran espera estaba a horas de terminar. Vestido con fina tela de seda y acompañado de un bello lirio amarillo adherido, un poco más debajo, a su hombro derecho. El espejo de cuerpo completo no era suficiente para reflejar sus zapatos negros, que al conjunto, le agregaban un toque de elegancia que complementaba todas las prendas a la perfección.

Se vislumbro una, dos, tres veces, mostrando una mueca que el vidrio captó inmediatamente, no se sentía orgulloso de su aspecto. Algo faltaba, una cosa realmente necesaria. Buscó en la habitación y en rincones olvidados de su mente pero, nada. Abrió los ojos con cansancio, extrañaba a cierta persona que, seguramente, se preparada ansiosa en su querido hogar. Maldecía a todos aquellos que lo obligaron a descansar en un hotel a causa de la innecesaria tradición "Despedida de soltero"

Tampoco podía negar el haberse divertido en presencia de sus ex y actuales compañeros de pasatiempo, ahora, trabajo. ¿A quién se le cruzaba por la mente llevar a alguien presenciar strip-tease cuando está a punto de casarse? Solo a ellos, seguramente. A pesar de no estar solos en esa velada... ¿Acaso eso se hace normalmente? Con una mueca de confusión, decidió dejar el tema. Definitivamente, jamás entendería ese tipo de cosas. Solo esperaba que su Eijun no haya visto nada relacionado con eso o si no un homicidio múltiple se vería en las noticias.

Tocaron la puerta repetidas veces, se acomodó los extremos de su saco antes de que sus pies tomaran dirección hacia el objeto causante del ruido. Aquella persona detrás de la madera, comenzó a desesperarse gradualmente, insistió golpeando al acceso de nuevo. Mei casi podía imaginársela, sabía de quien se trataba, con su vestido azul lleno de lentejuelas absurdas y cabellos castaños con raíces rubias sin tintar, así de especial era su personalidad.

— Mei, cariño ¿Estás ahí?

El rubio seguía sin responder, prefirió esperar a que la señora detrás de la puerta comenzara a sufrir esos ataques dramáticos provocados por los nervios. Una sonrisa surcó su rostro, demasiado tiempo compartido con su futuro esposo.

— ¿Amor? Sé que estas ahí, no seas tímido, déjame pasar.

Uno, dos, tres. El ambiente quedó en silencio.

— ¿Por qué me odias? ¿He fallado en mi tarea? Mei, por favor. Quiero verte — Hablaba entre sollozos, lastimando brutalmente a la puerta. El menor soltó una pequeña carcajada antes de abrir y ver el rostro totalmente... burlón de su madre. Se había olvidado, vivió más de la mitad de su vida con ella, tonto de su parte no haberlo esperado.





En cuanto pestañeo de nuevo, la mujer lo abrazo con intención de no soltarlo en mucho tiempo. Adulto, una palabra que, para la castaña, jamás se referiría ni describiría a su bebé de ojos azules. Podía volar cual pájaro lejos, independizarse, casarse, navegar por el mar o incluso cambiar su rostro o físico pero nunca, podría ligarse de sus raíces que sin importar la situación, lo recibirían con una sonrisa.





— ¿Cuándo creciste tanto? Tu padre estaría orgulloso si te viera — Mencionó, acomodando el saco ajeno con cuidado, planchándolo con los dedos — Jamás olvides este momento, ambos estamos orgullosos de tus logros. Siempre lo estuvimos. — Los ojos de grises de la castaña se clavaron en los ajenos, mientras una lagrima se escapaba.





Fatal error.





— ¡¡Mi maquillaje!! — Gritó apresurándose a máxima velocidad -Dependiente de las plataformas - hacia el gran espejo con marcos dorados — Es un alivio, todo está en su lugar— Suspiro con fuerza, retocándose los labios de rojo pasión por última vez.