—Selena. Di una palabras para tu hermana.
Todo mi cuerpo se paralizo ante las miradas de cada uno de los invitados a la fiesta de compromiso. Habia una en particular que hacia que mi estomago diera giros. Los aplausos y algunos silbidos se hicieron presentes mientras caminaba al centro del salón. Rezaba por no vomitar o por lo menos no caer por los altísimos tacones.
Me pasaron un micrófono que acepto entre el temblor de mis manos.
—Aah... bueno. Quiero decir...algunas palabras para...los futuros, esposos. -di una sonrisa forzada. Algo no estaba bien en mi. —Reachel, recuerdo que...de pequeñas jugábamos a ser esposa y esposo... claro que yo era el esposo, ni loca me dejabas ser la chica. —todo ríen. —En nuestro juego siempre eramos felices...-mi garganta empieza a cerrarse. —o eso tratábamos, eras muy mandona. Tal vez si en vez de fingir que eramos felices y hacerlo realidad, no me estaría sintiendo de esta manera. -todo queda en silencio. Cierro los ojos y cuento hasta tres para volver a hablar. —Te has vuelto una gran persona, estoy muy orgullosa de ti. Pero no estoy nada feliz con esto. Por mas que quiero estarlo por ti, no puedo y lo siento mucho. Se que nunca he sido de tu total agrado. No tengo un trabajo fijo, no he capturado algún hombre de sociedad, no soy de una reputación intachable. Se que me tienes un cariño de hermana, y yo también. Pero te envidio tanto, no por ser tan perfecta...por tener a alguien muy perfecto a tu lado.
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Prohibido Amarme
FanfictionGatos celosos, novios pesados y mujeres que arruinan bodas. Esta si que es una historia que es necesario contar.