Autobiografía de una ladrona

I

Estoy harta de leer metáforas sobre la vida, que nos dicen como se supone que tenemos que ser; respetuosos, amables, y tolerantes. He pasado tantos baches en esta vida, tantos obstáculos que superar, que todos los valores que se supone que debemos seguir para tener una vida plena llena de felicidad me da risa, sinceramente.

No soporto los libros que nos enseñan cosas, esos libros infantiles como Caperucita Roja, o Blancanieves, que nos enseñan a que no debemos fiarnos de gente desconocida, o aceptar comida de extraños que no conocemos. Al contrario, todas esas escenas que en los cuentos las pintan como si fuese algo imperdonable, con resultados catastróficos, a mi me han ayudado a estar donde estoy, sentada ante un ordenador intentando contaros mi historia. Y es que mi historia no es de esas que la chica encuentra al chico, se enamoran, son muy felices, pero entonces el chico rompe con la chica (eso es otra cosa que no entiendo: ¿porque siempre es el chico el que corta con la chica? Me he leído suficientes novelas rosas como para saber que todas son más o menos iguales). Si estabas pensando en que esta era la historia de una chica idiota que se enamora del chico malo de la clase, ya puedes dejar este libro en tu mesilla de noche y regalársele a alguien por Navidad con papel pintado de Papa Noel, porque no es lo que estabas buscando.

Mi historia tampoco es de una chica especial que vive aventuras, es la Elegida, o el Sinsajo, o es Divergente. No, al contrario. Soy una más entre miles, una más que se dedica a robar, a ganarse la vida a costa de los demás, una ladrona y una estafadora. Vosotros pensareis que es un ¨¨oficio¨¨ horroroso, pero yo no lo creo. Conozco Ladrones (con mayúscula, porque suelen ser los mandamases de nuestro mundo, y porque se lo merecen) que han llegado a cimas impensables para un ejecutivo de alto estanding, o incluso de algún ingeniero con suerte e inteligencia.

Como comentaba antes, he superado bastante como para tener una ligera idea de en que consiste nuestra vida, tan preciada. Una única palabra: Disfrutar.

Mi abuelo se tomaba muy enserio esta filosofía de vida, tan enserio que a veces daba miedo, y, como por supuesto, soy su nieta, algo se me habrá quedado. Yo no estoy del todo segura, juzgar vosotros mismos.

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Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado el comienzo de esta historia. No se olviden de darle a la estrellita para votar!

Pues eso, espero que les haya gustado, y no se olviden de seguir leyendo!

Les quiero muchoo!♥

Val♕