Lunes 14
Camine hacia la escuela muy temprano por la mañana. Me había levantado para hacer un poco de entrenamiento y había terminado antes de lo previsto. Cuando por fin divise los portones negros escuche a alguien que me llamaba –¡Li!– escuche mi nombre y de inmediato supe quién era. Me voltee y la vi correr hacia mí.
–Buenos días– me dijo con respiración agitada una vez que logró alcanzarme.
–¿Qué haces aquí?
–Es mi turno de limpiar el saló–- respondió con una sonrisa –No sabría que vendrías tan temprano.
–Sí bueno, ya estoy aquí.
Me sonrió cálidamente y caminó a la par mía en silencio; suspire imperceptiblemente y me resigne a la situación. En mi mente aún me pregunto por qué esta niña tenía que compartir mi talento y más aún ¿Por qué quería de mi ayuda para aprender a controlar? Mientras mi mente se sentía absorta en mis pensamientos con preguntas que nunca tendrían respuesta, la escuche hablar de nuevo, captando mi atención.
–... ¿Crees que mañana podríamos entrenar?– la escuche preguntar casi en susurro.
–¿Entrenar?
–Sí, quiero enseñarte que es lo que puedo hacer, de esa manera podrás ayudarme– me explicó con un leve sonroje en el rostro.
–Tenemos clases– intente evadirla.
–¡Sería a esta hora! Nadie jamás nos verá.
La vi fijamente mientras aquella sonrisa dulce adornaba su rostro. No quería realmente ayudarla, pero ya había aceptado, no podía retractarme. Asentí con cierto pesar mientras entrabamos al patio de escuela.
–Bien– hable –Pero con una condición.
–¿Cuál?
–Nadie, jamás, debe de enterarse que te estoy ayudando o de lo contrario te las verás tú sola.
–De acuerdo– asintió energética para así correr y parar enfrente mía; haciendo que me detuviera un tanto desconcertado por interrumpir mi marcha –Es una promesa– Levantó su dedo meñique y lo acercó a mí. Yo la vi extrañado por ese gesto ¿qué se supone que quiere hacer? –Dame tu dedo– me pidió impaciente y yo arquee una ceja confundido.
–¿Qué?
–Sí, mira– Tomó mi dedo meñique con el suyo y así levanto mi brazo a la altura de mi pecho –Es una promesa oficial– dijo apretando mi dedo con más fuerza.
–Eres una niña muy rara– proteste desviando mi mirada, pero sin soltarme de su agarre.
–Puedes llamarme Sakura– dijo sonriente.
Bufe molesto soltándome de su agarre empezando a caminar dejándola atrás –¿Vienes Kinomoto?– pregunte deteniéndome un momento. Ella sonrió otra vez y asintió con la cabeza para seguirme.
Martes 15
Intentaba enseñarme sus poderes, pero realmente era bastante mala. Lo único que había logrado hacer era que la fuente salpicara agua por todos lados. No tenía control alguno sobre sus habilidades ni mucho menos sabía cómo manejarlas.
–Y eso es básicamente lo que puedo hacer– me dijo con una sonrisa nerviosa.
–Eres demasiado torpe Kinomoto– hable despectivamente.
–¡Pues hago lo mejor que puedo!– se defendió molesta –Yo nunca tuve maestros magos que me enseñaran.
–Yo tampoco, y eso jamás me detuvo de aprender.

ESTÁS LEYENDO
Our Fate
FanfictionSi el destino los unió, el destino se encargará de separarlos. Puedes intentar correr y esconderte, pero sin importar que hagas tu tiempo ha de llegar a su fin. Syaoran/Sakura