XIX

20 2 0
                                    

Luego de casi una hora y media, docenas de fotografías y muchas combinaciones de ropa, al fin, decidimos el atuendo perfecto para esta importante noche. Lo mejor fue cuando supimos que era el indicado cuando ambas sonreímos en una corta video llamada. El elegido era perfecto. Una blusa rosa pastel de tirantes, una falda corta negra con lunares blancos, un abrigo negro y unas zapatillas blancas. Era perfecto. Estaba absolutamente feliz.

Ya eran las seis y veinticinco de la tarde, tomé un rápido baño, me sequé mi largo cabello rubio oscuro y me vestí. Use maquillaje, algo discreto... un poco de base, delineador y mascara. Me devolví color con un bronceador y pinte mis labios de un rojo vino, un hermoso labial; me hice unos pequeños rizos casi al final de mi cabello y me coloqué perfume. El mismo perfume que él me había regalado hacía solo unas semanas. A decir verdad, me veía hermosa y digna de estar con él.

Y rápidamente dieron las siete cuarenta de la noche. Que nervios, me siento ansiosa por ver su reacción. Espero que guste de lo que he hecho, espero que sus amigos me acepten bien, pero más que todo espero que esta sea una velada inolvidable. 

Pocas PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora