"El Karma es la energía trascendente e invisible que se deriva de nuestros comportamientos y que va acumulando consecuencias y pagos conforme a ellos."
El Karma consta de doce leyes fundamentales, pero me gusta destacar la número once: La Ley de la paciencia y de la recompensa: toda recompensa requiere un esfuerzo inicial. Siempre que quieres algo de verdad debes luchar por ello, debes perseguirlo y esforzarte en lo que estás haciendo. Es algo que siempre me ha hecho insistir en conseguir las cosas que realmente he querido en mi vida.
Al fin y al cabo, por algo mis padres me llamaron Karma. Así es, Karma. Concretamente mi madre, tenía un día inspirativo cuando vine al mundo y decidió que ese sería mi nombre. Debía de querer seguir con la tradición de "las K". Con dicha tradición me refiero a que su nombre es Karen, el de mi hermana mayor Kya y el mío Karma. Las mujeres K. Mi mente suele divagar estableciendo este tipo de conexiones en mis momentos "vacíos". Ya sabéis, esos ratos en los que simplemente te limitas a estar echado o sentado en cualquier lado, sin hacer nada más que existir.
Mientras pensaba en mi nombre, mi hermana iba canturreando junto al reproductor del coche "Jet Black Heart" con las manos al volante y una gran motivación que se hacía notar en su profunda voz.
-Deberías estar mucho más feliz, Karma. - Dijo cuando se repetía el estribillo por tercera vez en la canción. - ¡Estamos de camino a los putos Angeles! ¿No es fantástico? Sí, es fantástico.
-Estoy feliz. - Sonreí a Kya y escuché como comenzaba a sonar la siguiente canción. - Tan solo intento guardar fuerzas, nos espera un día muy largo visitando muchos lugares.
-Tienes razón. Debería parar en la siguiente gasolinera para tomar un poco el aire y estudiar las carreteras hacia el hotel. - Kya suspiró y cantó un poco más apagada Catch Fire. A mi me encantaba cantar las canciones de 5 Seconds Of Summer junto a ella, pero aún seguía asimilando el hecho de que me dirigía a la ciudad en la que en unos días conocería en persona a la propia banda. Era algo de locos, no los veía desde hacía tres años y ni me recordarían, pero yo los había seguido con mucho aínco. Me encantaban esos chicos y ya estaba nerviosa por verlos. No podía hacer nada más que escuchar su disco y la patética voz de mi hermana acompañándolos mientras miraba el paisaje por la ventanilla: ridículos hierbajos resecos por el sol de pleno verano.
El viaje fue largo y acompañado por un calor sofocante, pero al llegar al hotel (no un Cinco Estrellas, pero algo medianamente decente) el aire acondicionado nos devolvió a la vida a Kya y a mí. En recepción dimos nuestros datos y nos dieron un par de tarjetas que servirían de llave para la habitación. Subimos al ascensor y cuando entramos en la habitación Kya se fue directa contra una de las dos camas y se tiró a ella quedando como una estrella de mar. Yo dejé a un lado mi maleta y vi los papeles de publicidad turística que había en un pequeño escritorio por encima. Cogí el más llamativo y me acerqué a la ventana, me senté en el poyete y leí.
-Mira, en este folleto dicen muchas cosas de Little Tokyo.
-No empieces otra vez con esa estúpida ciudad Copia-De-Japón.
-Pero aquí dice...
-Sh... - Kya cerró los ojos y respiró profundamente. - Iremos a Little Tokyo mañana, da gracias que voy por ti. Este es mi regalo de cumpleaños. Hay que dar prioridad a donde quiero ir yo.
-Si lo único que quieres es ir a Disney World. - Rodé los ojos, pensando en cómo era posible que mi hermana mayor, de diecinueve años, tuviera tanto empeño en ir a ver el mundo de Disney y no a Little Tokyo. Sabía que a Michael Clifford le gustaba mucho ese lugar y gracias a él me dio por buscarlo en Internet, pero realmente me parecía una pasada a mi también y quería verlo en persona, no solo en imágenes. - Hoy deberíamos acercarnos a Hollywood. El cartel está relativamente cerca del hotel, a unos kilómetros según Google.
-Sí, nos podremos hacer la tipica foto con el cartel detrás. - Dio unas palmaditas y se levantó. - Iré al baño y me pondré algo de crema solar. Después deberíamos ir a comer algo en algún restaurante de aquí y luego ya veremos... - Cogió su bolso y fue hacia el baño. - Voy a retocarme el maquillaje. Vete sacando la crema, Karma.
-¿Ni un triste "por favor"?
-Porfi. - Y sonrió. Y yo fui a regañadientes a por la crema. - Te quiero.
-o-
esTOY MUY EMOCIONADA ESCRIBIENDO ESTA NUEVA NOVELA
Ahora que terminé After Midnight, estoy totalmente dispuesta a trabajar en este proyecto. Estoy muy orgullosa del éxito de la otra fanfic y de verdad espero que esta resulte igual o mejor que la anterior.
¡Muchas gracias por leer y disfrutar de la historia!
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Oops! // m.c.
FanfictionHablemos de la ridícula historia que cuenta cómo conocí a Michael Clifford.