Capítulo 10

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Recordatorio: Este es una NUEVA VERSIÓN. La trama ya no es la misma que leyeron en 2016. Como se habrán dado cuenta tanto los personajes como la narración son diferentes. Así que por favor, dejen de comparar. Yo sé que muchas amaron el libro la primera vez y lo respeto, pero también pido que respeten mi trabajo. No es necesario que comenten en cada capítulo que tal cosa no era así antes. En mis redes sociales advertí que esto pasaría para que vengan preparadas.

Aleksi no es el mismo.

Bella mucho menos.

Es una nueva historia y me gustaría que lo vean como tal.

Que disfruten el capítulo y no se olviden de comentar al máximo si quieren otro mañana.

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Bella

Seguía tensa después del altercado con Alina. La vi irse más temprano con las mejillas sucias por las lágrimas y el rímel negro. Su vestido estaba arrugado y el abrigo de piel apenas la cubría del frío. Sostenía sus tacones mientras Viktor le abría la puerta de un taxi y ella se retiraba humillada. ¿Qué le había hecho Aleksi? El bastardo desalmado no era capaz de ser amable, ni siquiera con su prometida. Sentí pena por la mujer. No deseaba estar en su lugar. Prefería la mía a pesar de las tragedias.

A veces, cuando la soledad me carcomía y mis propias voces me atormentaban, me angustiaba pensando en una vida diferente. ¿Y si mi padre hubiera sido un buen hombre? ¿Y si mi madre no hubiera muerto? Quería hacer miles de cosas a la vez para distraer mi mente, pero nada cerraba el vacío que sentía en mi pecho.

Bajé de las escaleras, con mi mano izquierda deslizándose por la barandilla. Al llegar al último escalón, me sorprendió notar a un hombre de pie en la puerta mirándome con una sonrisa espeluznante. ¿Qué hacía aquí? Un escalofrío recorrió mi espalda. Reprimí la preocupación y me quedé en mi posición. No lo conocía. No era mi obligación saludarlo ni darle una sonrisa. Era perturbador a la vista. Reconocía a un depredador con la primera impresión.

—Así que tú eres la pequeña cautiva—comentó con un fuerte acento ruso—. Ahora entiendo por qué Aleksi está tan empeñado en conservarte solo para él. Eres una cosita bonita, ¿eh? Superaste cualquier expectativa que tenía sobre ti cuando me contaron tu existencia. Aleksi es un bastardo con suerte. Él sabe elegir a sus mujeres.

Su comentario fuera de lugar encendió las alarmas en mi cabeza. Era más bajo y delgado que Aleksi con el cabello rubio lacio hasta los hombros. Sus ojos eran azules y sus dientes afilados me recordaba a los de un tiburón. Su traje de dos piezas era celeste y brillante como sus zapatos recién pulidos. No me agradó su sonrisa. Arrastró la mirada lujuriosa por mi cuerpo, deteniéndose en la turgencia de mis pechos. Me estremecí de miedo y asco.

—¿No hablas? ¿Tu madre no te enseñó modales? —Se lamió los labios y se ajustó la chaqueta—. No muerdo, te lo prometo. Sé una buena chica y di hola.

Subí un escalón. Él hizo un mohín. No confiaba en los depravados que me hacían sentir incómoda. Esa misma mirada lo había visto en Clint y Aleksi. Trataban a las mujeres como un simple pedazo de carne o un trofeo.

—¿Quién eres? —pregunté. Mi voz sonó insegura y asustada.

Una sonrisa cruel asomó sus finos labios.

—Aleksander Soloviov —Hizo una reverencia, fingiendo ser el caballero que no era—. Mucho gusto, Bella.

La conmoción me hizo soltar un pequeño jadeo sorprendido. ¿Cómo sabía mi nombre? Mi corazón palpitó rápidamente en mi pecho y el sudor resbaló por mi columna vertebral mientras daba un cuidadoso paso hacia atrás. Sus ojos siguieron el movimiento obligándome a quedar inmóvil por miedo a que me persiguiera. ¿Dónde estaba Aleksi? ¿Dorothea?

Cautivos [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora