Cazador oscuro

Capitulo 1 - El día del demonio

El mundo que conocemos no es lo que parece, lo que nos enseñan o nos hacen creer. Es un ápice más oscuro, crudo y sobre todo, mucho más cruel... Los lienzos donde se traza todo es un mar confuso donde la verdad es muy relativa, y la realidad son puras mentiras. Desde el inicio de las épocas, grandes entidades se han encargado de mantener ese control entre todas las personas, ocultando a la humanidad la existencia de seres que se escapan de nuestro concepto de entendimiento. Una de las principales involucradas, es el vaticano. Desde la crucifixión de Jesús de Nazaret, la tierra ha tenido un cambio radical, lo sobrenatural se desenvuelve y evoluciona con una velocidad impresionante. Una de las mayores pruebas son las cruzadas, que históricamente tenían como objetivo la implantación y conquista de territorios, cuando en realidad, era para combatir estos entes. Las guerras eran más violentas a como las escribían, marcaban más la mente de quienes participaban al nivel de dejarlos sin cordura. Todo esto, conllevo a la creación de una asociación de cazadores sobrenaturales, personas especializadas en el combate contra cualquier ser sobrenatural, actualmente, tienen bases en todo el mundo y su objetivo principal es mantener en secreto a toda costa esta información. Pero todo cambio, desde ese día...

6 de Junio de 2006 5:45 de la tarde - Londres, Inglaterra

Hoy ha sido un día común en la capital del reino unido, el ajetreo de las personas que quieren llegar a sus casas, los estudiantes que siguen en la calle a pesar de lo que le dicen sus padres, y uno que otro grupo de universitarios tomando unos tragos de alcohol o comiendo hamburguesas o cualquier comida chatarra. Todo esto ha ocurrido de manera natural, sin interrupciones. Por una sola diferencia, la ola de calor de este día, fue tan impresionante que las personas no hicieron otra cosa que hablar de ello durante todo el transcurso. Algunos sarcásticamente, pero con una pizca de verdad en sus palabras dijeron extrañar las lluvias que son comunes en el país. Se reportaron varios desmayos en toda la ciudad, las bebidas frías desaparecieron de los anaqueles. La familia Valentine no fue excepción para esta llamarada de calor. Este pequeño grupo conformado por tres, Sabrina una mujer de 30 años, alta, delgada y con la piel pálida, más un cabello rubio que le llega hasta la cintura, ingeniera civil. Tomas, un hombre de 32 años, de estatura promedio y piel trigueña, cabello oscuro y desordenado, se dedica a ser policía. Por último, esta Drake, un niño de apenas 6 años, el heredo el cabello y la piel de su padre, y la estatura de su madre, la suerte genética estuvo de su lado, aun cursaba primaria. Estos se encontraban sentados en la cocina, acalorados y con todas las ropas pegadas a sus pieles. Sus glándulas sudoríparas trabajaron hoy, lo que no habían trabajado en toda la vida de los integrantes de esta familia. Un ventilador viejo y de marca china, amenazaba con caerse a cada momento, mientras sus aspas batían con fuerza la única y débil corriente de aire para apaciguar la alta temperatura de 40° grados centígrados. Los hombres de la casa se sorprendieron cuando Sabrina se acercaba a la mesa con una caja, al parecer hay una buena noticia.

—Muchachos, hoy les traje buenas noticias. -Comenta Sabrina, mientras abre la caja, adentro resguardaba una pizza mundial, con todos los ingredientes que puede llevar una pizza en sí.

—La buena noticia, es que trajiste pizza, por lo visto. -Dice Tomas en forma sarcástica, Sabrina le patea la canilla debajo de la mesa y este se queja- ¡Auch! Bueno, ya me dejo de juegos, cuéntanos... ¿Qué es lo que nos tienes que decir mujer? -Tomas coloca sus manos en la barbilla en plan pensativo.

—No lo sé madre, ¡pero trajiste pizza! -Drake se abalanza sobre la mesa, pero su padre lo ataja en el acto y lo devuelve a la silla.

—Bueno... La noticia, es que ya no seremos solamente tres personas en la casa... -Saca otro slice de pizza y le da un mordisco.

—Eh , creo que no entendí bien... -Tomas adopta una expresión de preocupación.

—Estoy embarazada, idiota... -Observa a Tomas de manera despectiva.