Capitulo 12- Exterminador

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—Considérame tu exterminador...

—Tienes un sentido del humor agradable muchacho, espero que tus habilidades sean tan grandes como tu lengua. –Coloca su mano en el mango de la katana para sostenerla, un leve reflejo surgió debido a que hizo un corte a velocidades inimaginables, fue tan potente y rápido que varios troncos a la redonda fueron cortados con una precisión más que perfecta y los arboles cayeron en el acto, ni siquiera se notó cuando volvió a enfundar su espada, pero el chico misterioso estaba en el aire ya a punto de aterrizar porque lo esquivo aún más rápido- Vaya, no eres malo hom... -El sujeto se impulsó y en un parpadeo ya había llegado al demonio para propinarle una patada contundente, pero este la había bloqueado con sus brazales, el muchacho en menos de un segundo le dio tres patadas giratorias en el aire, pausadas pero contundentes, la armadura del demonio causaban estruendos metálicos a la par que saltaban chispas, el chico duro unos segundos en el aire y no dudo en repetir su ataque, solo que esta vez mas rápido y con mucha más potencia y termino rematando con patadas de bicicleta concentradas en un solo sitio, esto rompió la guardia del demonio y salió arrastrando los pies varios metros.

El demonio inmediatamente desenfundó su katana, era más que necesario, el humano con mascara no era un oponente cualquiera. Parecía una pequeña pluma por su caída tan ligera después de rematar ese gran ataque. En un impulso mayor que el sonido ya estaba en frente del demonio, propinando ataques con sus brazos a una velocidad impresionante, ni siquiera el demonio los podía detectar, sus reflejos alcanzaban solo para bloquearlos y con una elevada dificultad ya que tomo su arma con las dos manos por el mango mientras retrocedía varios pasos rápidamente. Se impulsó hacia atrás de manera que el chico no estuviera a su alcance. El oponente del demonio se encontraba a unos 50 metros del mismo con una posición totalmente relajada y con los brazos totalmente sueltos, lo único que resaltaba en la oscuridad era su cabellera rubia y desordenada por la fuerte brisa y el pasar de las hojas, quizás también lo que más nervios le causaban al ser del inframundo, esa arrugada y deslumbrante mascara plateada de anciano, ni siquiera tenía un agujero en la parte de las pupilas así que todo el tiempo estuvo peleando a ciegas.

—Aptitud de ángel paladín, anciano de los 24 tronos –El chico sube sus dos brazos de golpe y empieza a girar unos objetos que comenzaban a materializarse con su mano izquierda y derecha a la par que un aura azul con blanca parecida a las llamas surgía de ellas con una voz distorsionada, con la máscara, pero suave y relajada, dijo- ¡Primer trono! -Este materializo dos cuchillos celestiales,  uno en cada mano, eran de un tamaño considerable, casi como una espada pequeña, su mango era totalmente metálico y con una textura de malla, más su color azul celeste, sus hojas eran gruesas y de un blanco que no se sabía si deslumbraba por su pulitura o porque desprendía pureza. Sus manos por completo, hasta la zona de la muñeca estaban recubiertas por un fuego un intenso azul también de color celeste que intimidaba solo de presenciarse.

—Armas celestiales... Así que lo de exterminador no era por gust... -Al demonio no le dejaron terminar su oración cuando a velocidades deslumbrantes el chico ya estaba al frente de él intentando cortar su garganta con su cuchillo izquierdo, logro esquivarlo retrasando su cuello, fue cerca ya que hasta logro rayar su morada armadura, y como si estuviera en cámara lenta noto como el cuchillo derecho de su oponente se le iba a clavar en sus costillas, por suerte pudo bloquearla a tiempo con la hoja de su katana, sin embargo fue tan contundente, que fue lanzado varios metros hacia los arboles destruyéndolos y levantando nubes de polvo cuando caían los mismos, si el demonio no clavaba su espada en el suelo para frenarse a unos cien metros, mínimo hubiera sido impulsado un kilómetro entero, este se levanta de nuevo a lo lejos- ¡Mi nombre es Baal! ¡¡¿Cuál es tu nombre?!! –Pregunta el demonio gritando debido a que estaba lejos, causando así un gran estruendo debido a la fuerza del mismo.

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