Ayer luego de una de mis noches de desvelo volví a soñarte..
Te imagine leyéndome, leyéndonos, leyendo nuestra historia.
Era tu musa y tu mi mejor poeta.
Me escribías cual hermosa poesía, yo te recitaba cual melódico poema.
Escribíamos sueños juntos, planeábamos amor eterno.
Y que catástrofe sufrió mi alma al despertar y no tener junto a mi esa mirada fugaz, esos ojos cielo y tus brazos de hierro.
Mi habitación se veía vacía, como el mundo sin tu magia, como mi vida sin tu alma.
Salí corriendo, paso tras paso tropezaba, caída tras caída me levantaba.
Solo encontré oscuridad, pero tu ráfaga apareció, de repente, como trueno sin lluvia.
Me deslumbro tu risa, me guió en forma de brisa y encarrilo mi camino otra vez.
Ahí estaba de vuelta en mi habitación, con el olvido entre las manos, con los recuerdos enredados entre mis huesos y mi corazón abierto con las huellas de tus besos.