Capítulo 9

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Siguió mirando aquel vestido que le había regalado hace tiempo aquel rubio...

Su rubio...

No sabía qué hacer, solo sabía que no dejaría que aquel oji-esmeralda se sacrificase por ella. Fue Len quien mando a alguien para matarlo, pero al final, fue ella misma quien mato al peli-azul.

Ahora estaban sufriendo las consecuencias.

Las maids no estaban, Len les había dado unas ¨vacaciones¨ cómo le informo a ellas, el simplemente no quería que nadie más se enterara del aquel caso a excepción de Miku, Teto y, posiblemente, el peli-azul que ya hace en el cielo, pero ese era un problema menos, que causo otros problemas.

La jade daba vueltas por su habitación con una mano en el mentón, y alado de ella, se encontraba un gatito negro, quien intentaba ir al mismo paso que la de ojos cúrelos.

Antes el gato estaba sin dueño, y para su mala suerte, perdido, Miku lo había encontrado hoy en las calles esa vez que quiso ir a pasear y desquitarse de todo, no evito sentir ternura pero a la vez tristeza por el gato, y aun así con las alergias de Len, lo llevo a casa. Para su suerte y la del gato Len acepto al pequeño minino.

Un estornudo se escuchó desde abajo. Miku río levemente al parar de caminar y a cambio de eso, se dirigió hacia el comedor para tomar un poco de agua y tal vez, encontrarse con aquel rubio oji-esmeralda.

No había ni llegado al comedor, solo llego hasta algunos escalones de la escalera para luego, poner atención en la conversación de Len y de Teto quienes estaban cerca de los escalones iniciales o últimos, Len de espaldas y Teto enfrente de él, estos, hablaban acerca de la muerte del peli-azul.

Y también decían el cómo los familiares y amigos del peli-azul empezaron a protestar enfrente de la mansión.

¿A caso la descubrieron?

Miku no sabía nada de eso, pues ella había salido de la mansión para regalarse.

Pocos segundos después, la conversación termino, Len le dijo a Teto que ya se podía ir a su casa. En la cara de Len se podía notar su tristeza, no quería que algo le pasara a Miku, el seguía parado hay, de espaldas, y sintió como unos brazos lo rodeaban, y no pudo evitar temblar, una cabeza se recargo en su hombro.

-Len...-Susurro su nombre Miku melancólica.

-¿Lo oíste todo, verdad?-Pregunto el rubio.

-Estaría mintiendo si digiera que no.-Respondió Miku.

Len suspiro.

-Vete.-Comenzó Miku.

-¿Eh?

-Sé que vendrán por mí.

-¡Pe...Pero!

-No me pasara nada.-Insistió la jade.

-Miku...

(...)

Miku siguió mirando en la ventana que estaba abierta, había visto el cómo dos mujeres y un hombre entraban en la mansión, habían derrotado a los dos guardaespaldas que tenían afuera.

Se había puesto un vestido al que Len le regalo a ella. Ese, el cual estaba mirando desde un principio.

Escucho como la puerta de la oficina de Len, en la cual estaba. Se volteo, sabiendo que aquella mujer peli-castaña estaría apuntándola con una espada.

¿Enserio, acaso estaban en el siglo XX?

Al lado de esa mujer estaba la chica de antes, la peli-azul, mirándola con tal odio y rencor.

-¿Dónde está?

-¿Quién?

-Kagamine Len.-Nombro la castaña.

-Él no tiene nada que ver con esto. Yo... Fui quien mato a Kaito Shion.

Maid Of Evil [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora