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Para Aron, lo mejor de sus mañanas era despertar con el delicioso aroma del desayuno que su amado Minhyun preparaba día con día para él, y mejor aun era, bajar hasta la cocina y sorprender al menor envolviendo su cintura en un abrazo y dejar besos en su nuca, todo mientras Minhyun terminaba el desayuno.

Como cualquier otro día Aron despertó por el olor a café de grano, dispuesto a bajar se levanto, no sin antes hacer su rutina de aseó matutina, lavarse la cara y una buena limpieza bucal. Una vez terminado salio de su habitación. 

En el camino por el pasillo se detuvo en la habitación de su pequeña Dariel, cuidando que estuviera dormida. DoYoon y Samuel dormían en otra habitación, ambos al igual que su hermana mayor dormían con tranquilidad. Por ultimo se detuvo frente a la habitación de la hija menor, la recién nacida.

Entro en la habitación y se detuvo frente a la cuna de color blanco con tonalidades chocolate, la misma que habían usado sus tres hijos mayores. La ternura y amor inundó su ser al ver a la niña dormir, las mejillas regordetas y el cabello azabache la hacían ver dulce. Una nariz pequeña y respingada -identica a la de Aron- sobresalía de manera cuidadosa. Demasiado bonita. Con la mayor precaución depositó un beso en la mejilla de la recién nacida y salio del cuarto sin hacer ruido alguno.

—Buenos días —susurro Aron al oído de su amado una vez entro a la cocina.

—Buenos día —le respondió un alegre Minhyun.

—¿Necesitas ayuda?

Minhyun negro -como era costumbre- dejándose abrazar por su esposo, sonrió al sentir los labios del mayor acariciar su hombro con delicadeza, un toque casi imperceptible, si no fuera por la playera que llevaba puesta -tan grande que dejaba a la vista sus hombros- otro beso y Minhyun detuvo cualquier movimiento.

—Hyung... —murmuro tan suave y agudo que casi parecía un gemido— Vamos a desayunar.

Aron no respondió, se dedicó a repartir besos húmedos por los desnudos hombros de su menor, acompañados de suaves mordidas. Sus manos que sostenía la cadera de Minhyun comenzaron a vagar por todo el vientre ajeno, mandando oleadas de placer.

—Minnie, quiero desayunar —Aron pronunció con picardía.

En un rápido movimiento giro al menor, quedando frente a frente. Le sonrió con descaro y acaricio sus clavículas con el dedo índice, los labios de Minhyun levemente separados soltaron un gemido al sentir la pierna de Aron restregarse contra su entrepierna.

—Aron —gimio con suavidad.

El mayor movió con mayor lentitud su pierna contra el miembro de su esposo, haciendo a un mas tortuoso el momento. Unió sus labios en un roce, solo eso, un roce erótico que iba y venia al compás de los movimientos de Aron con su pierna. Las manos del mayor sujetaron con fuerza la cadera de Minhyun y lo llevaron hasta el pequeño gabinete de la cocina, sentándolo en el.

—Aron —volvio a llamarlo el menor con dulzura, el mencionado asintió- Te amo señor Hwang

La sonrisa que albergaba el rostro del mencionado no podía ser mas grande, que Minhyun le dijera esas simples dos palabras le hacían sentirse el hombre más feliz y afortunado del planeta. Con una mano sujeto con delicadeza la barbilla del menor, haciendo que lo mirara a los ojos.

—Te amo, lo sabes —le respondio Aron acariciando su barbilla— Te amo tanto señor Kwak.

Aron era la fuerza que Minhyun necesitaba para vivir, y Aron sabia que Minhyun era la dulzura que le faltaba a su vida.

Familia Kwak  ~•[Minron][Nu'est]•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora