》Parte uno: el origen

23.5K 1.5K 325
                                    

PARTE UNO.

El origen.

1 9 9 7


-Unos, dos, respira -decía la muchacha mientras sostenía la mano de su amiga que se retorcia en la camilla ensangrentada.

-Duele -responde con dientes apretados, su mano libre sostenía su abultado vientre como si de esa manera pudiera evitar el dolor. -No puedo soportarlo más...

-¡¿Dónde está el médico?! ¡Ella se está desangrando! -exclama la muchacha hacia las dos enfermeras que se encontraban en la habitación preparando todo.

La embarazada soltó un grito de dolor al sentir otra contracción. El doctor ingresa a la habitación con apuro, las enfermeras le colocan los guantes de látex y lo preparan con prisa.

Se va hacia los pies de la camilla, jala el aparato de metal que reposaba en el techo para que la mujer pusiera sus piernas y así se preparara a pujar. El doctor se acerca a la paciente y nota como apenas se logra ver la cabeza del bebé.

-¿Cómo te llamas?

-Mara -responde en medio del dolor.

-De acuerdo, Mara. Ya es hora, necesito que empieces a pujar ya.

-No puedo, no puedo... -llora desesperadamente. El dolor que sentía era mayor a cualquiera que hubiera experimentado.

-Vamos sí puedes, tu bebé ya quiere salir. Adelante, hazlo.

Mara tomó aire antes de soltar otro grito al pujar, sujetó con ambas manos el agarre de su amiga y sintió como sus dedos empezaban a picar.

-¡Hazlo de nuevo, hazlo!

La muchacha volvió a hacer lo mismo.

Y otra vez.

Y otra vez.

A este punto ya estaba más que mareada, sus oídos pitaban y todo su cuerpo palpitaba. Sus pensamientos vagaban lejos, se sentía lejana con la realidad.

De repente el llanto de un recién nacido se coló a sus oídos. Se escuchaba lejano, sus ojos viajaron hacia el doctor que llevaba al bebé cubierto con una manta blanca y que, al igual que el recién nacido estaba llena de sangre.

-Es una niña -el anuncio del doctor es lo último que escucha, antes de caer en la inconsciencia.


Tres horas después Mara pudo recobrar la conciencia. Se encontraba en otra habitación de hospital, le habían cambiado la ropa y había un leve olor a talco en el ambiente.

Sus ojos viajaron hacia el lado derecho de su cama, su amiga observaba atentamente con una sonrisa sentada en un sofá individual.

-Esa bebé te dio una paliza -se burla.

-Ni que lo digas, Hill -suspira con cansancio.

-¿Cómo te sientes?

-Como si me hubiese enfrentado a treinta agentes yo sola.

-¿Cómo le vas a poner?

Mara frunció el ceño hacia ella, confundida.

-¿A quién?

-A tu hija.

Mara se acomodó con lentitud en la cama y miró hacia el techo de la habitación. Estuvo así durante unos segundos.

-Ni siquiera quise tenerla, María -dice. -Estuve apunto de sacarmela antes y no lo hice por el remordimiento, pero yo no deseo tenerla.

-Si pues, es muy tarde para decir eso. Ella ya está aquí, en una incubadora en la sala de los recién nacidos.

-¿Y qué se supone que haga con eso?

-Se supone que te hagas responsable por haberte enredado con el gigoló de Stark.

Mara bufa con fastidio. Se arrepentia tanto, su carrera como agente de SHIELD apenas estaba comenzando y esto lo había arruinado todo.

-Por el amor de Dios, no lo menciones.

-¿Por qué no se lo dices? Podrá ser lo que sea, pero tiene derecho de saber que es padre.

Mara volvió sus ojos azules hacia ella con una expresión de desconcierto.

-¿Decírselo? ¿Estás loca?

-Yo no fui la que me acosté con él -responde María cruzandose de brazos. -Sólo tenías que hacer una misión, sólo una; vigilarlo. ¿Y qué haces? Te embarazas de él.

-¡Estaba borracha! -se defiende. -Ambos lo estábamos. Él ni siquiera me llamó después, ni siquiera se acuerda de mí.

-¿Y por eso no le dirás? Sólo porque no recuerda que estuvo contigo.

-Lo detesto. Detesto a las personas como él. Creen que están por encima de todos.

-Para detestarlo tanto le diste un bebé.

-Yo no la quiero. Deshazte de ella.

-No, te harás responsable. Tú decidiste tenerla.

-¡No siento nada por ella! ¡¿Lo entiendes?! -exclama. -Donde las madres sienten amor yo sólo siento desprecio, no quiero cargarla, no quiero cuidar de ella, no quiero alimentarla. La quiero lejos de mí.

-Entonces Stark es la solución. Tienes que dársela, él podrá cuidarla.

-No -suelta el aire que contenían sus pulmones y niega lentamente con la cabeza. -No le voy a regalar lo único que yo tengo y que él no tiene.

-¿Qué pretendes hacer entonces?









She is daughter of Tony Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora