Hola, Kagami-Kun //Finalizada//.

Nota 5.

Hola, Kagami-Kun.

Ahora me estoy vistiendo para ir a su casa, porque, como supuse, usted tampoco fue hoy al instituto, ¿le habrá pasado algo malo?

–Kuroko T.

~°~°~

Kuroko se puso una camisa celeste, pantalones grises y zapatillas negras, agarró su teléfono junto con las llaves y salió de su casa camino a la de Kagami.

Cuando llegó golpeó la puerta repetidas veces hasta que salió Alex.

-Oh, Kuroko -Alex sonrió -¿Viniste a ver a Taiga? -el de cabellos celestes asintió -Pasa, está en su habitación, yo tengo que ir a hacer una diligencia, ¡nos vemos¡ -comenzó a caminar haciéndole señas de despedida a Kuroko.

-Nos vemos -dijo el de orbes celestes mientras correspondía el gesto.

Al entrar, lo primero que hizo fue ir a la habitación de Kagami, ya había ido anteriormente así que sabía donde se encontraba.

Golpeó la puerta repetidamente, pero al ver que nadie abría decidió entrar por su cuenta.

-Con permiso -al abrir la puerta se encontró con una escena muy tierna, Kagami estaba durmiendo, abrazando un oso de peluche, una leve sonrisa se formó en los labios del más bajito. Se acercó tratando de hacer el menor ruido posible, para que el pelirrojo no se despertara.

Se sentó en el suelo, junto a la cama. Lo miró fijamente durante unos segundos, para darse cuenta de que Kagami estaba haciendo gestos de dolor e incomodidad, acercó la palma de su mano a la frente del contrario, tenía fiebre.

Se levantó y fue a la cocina en busca de un paño, al encontrarlo, lo mojó con agua tibia y volvió a la habitación de Kagami, lo volteó con mucho cuidado, puso el paño en su frente y lo tapó bien.

-"Cuando despierte tendrá hambre" -pensó Kuroko.

Volvió a la cocina, y después de casi media hora tenía lista un ramen, sirvió dos tazones y los puso en una bandeja junto a dos pares de palillos. Ya con la bandeja en mano se dirigió de vuelta a la habitación del pelirrojo; entró lentamente y dejó la bandeja en una mesita. Se recostó junto a Kagami.

Comenzó a cerrar sus ojos lentamente, el de cejas extrañas se voltea y pasa sus manos por la cintura de Kuroko, abrazándolo.

Literalmente, está durmiendo con Kagami.

-"Algo se está moviendo" -pensó el menor aún medio dormido.

-¿Kuroko? ¿Que haces aquí? -el nombrado abrió los ojos lentamente, encontrándose con los de Kagami.

-Buenas -se sentó en la orilla de la cama a la vez que se rascaba un ojo -¿Como te sientes?

-B-bien, ¿que haces aquí?

-Cómo habías faltado al instituto me preocupé, así que vine a verte.

-Ahh -Dijo mirando la mesa con las bandejas -¿Lo hiciste tú?

-S-si, ojalá siga caliente -le acercó uno de los tazones.

-Gracias por la comida -Dijo mientras se llevaba los palillos a la boca -Está delicioso.

-¿En serio? -Kuroko hacía lo posible por no sonrojarse.

-¡Si!

El resto de la tarde lo pasaron entre bromas y risas.

Fue un gran día.