Epílogo.

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Al terminar de escribir la carta, aquel chico de ojos celestes no pudo evitar derramar una lágrima, que fue seguida por muchas más.

Cuando logró calmarse, tomó sus cosas y dió un último vistazo a su habitación, recordando los momentos compartidos con su querido Aomine y su amado pelirrojo. Abrió la puerta y se dirigió a la cocina, dónde dejó otra carta para sus padres, miró la puerta de su primo y suspiró, lentamente empujó la puerta, entró y vio a Akashi durmiendo, al cual le dedicó una sonrisa. Lentamente levantó su almohada y dejó una carta, cuando estaba bajandola a su posición inicial, Akashi despertó.

-Tetsuya, ¿Ya te vas?
Él nombrado se puso pálido y sus vellos se erizaron.

-Las paredes son muy delgadas. Dame cinco minutos, me voy contigo.

-Akashi-san, no es necesario, puedo ir solo.

-Si tú te vas, yo me voy.

Kuroko le sonrió tiernamente y salió, al rato después lo siguió Akashi, con otro bolso y un paquete lleno de billetes.

-¿Y ese dinero?

-Mi padre no sabe que me sé su contraseña bancaria.

-Vamos.

Aquellos chicos abandonaron la casa.

-Akashi-san, debo pasar al correo.

Después de dejar él paquete fueron al aeropuerto.

-Buenos días, caballeros, ¿para donde quieren ir?

-Buenas -habló Akashi- dos pasajes a donde sea.

-¿Disculpe? -la vendedora de boletos quedó atónita.

-Queremos que usted elija nuestro destino -la chica dio un leve salto, pues no había notado la presencia del peli celeste-.

-¿Van de vacaciones?

-No exactamente, sólo queremos irnos y perdernos un tiempo.

-Este lugar será perfecto para ustedes.

La chica volteó la pantalla del computador, origen: Japón, destino: New York.

-Perfecto -dijeron los primos al mismo tiempo, después de recibir sus tickets y pagar, se despidieron.

×

Ya dentro del avión, los chicos se acomodaron en sus asientos, Kuroko a la ventana.

-Akashi-san.

-¿Si?

-Gracias.

Él de pelo fresa lo miró y sonrió. Cuando él avión comenzó a despegar, Kuroko clavó sus uñas en él asiento.

-Tranquilo, Tetsuya, toma mi mano si quieres.

Cuando ya pasó él despegue, el peli celeste miró por la ventana y murmuró "Adiós Japón, adiós Kagami-kun, algún día nos volveremos a ver".

Hola, Kagami-Kun //Finalizada//.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora