Tarde de Amigos

17 1 0
                                    

**Hoy 9 de Abril, cumple años mi amiga Valeria, yo se que veras esto, muchas felicidades Val!!**

(Antes de comenzar este capítulo les diré acerca de las canciones que pongo al principio de cada capítulo, en ocasiones no tienen que ver con el contenido del mismo, sólo es para que vean un poco de la música que escucho, les recomiendo que las escuchen, sólo para que aumenten su repertorio de música en caso que les guste la canción. Otra cosa mi nombre es Patrick, pero quiero aclarar que la historia es ficticia, sólo aparece mi nombre, no describo en ningún momento mi vida, ni como soy físicamente, en cada uno de los personajes se llega a reflejar parte de como es mi forma de pensar, actuar y sentir, sin más cosas por anexar, pasemos al capítulo de hoy)

- ¡Despierta idiota! - Volteo la cabeza y bajo la mirada hacia la izquierda, viendo a Juliana, que es la que me grita. - ¿Disculpa? - Le preguntó. - Me engañas desgraciado, pensé que era tú amor - Me dice con una sonrisa, yo se que me lo dice en broma, ya se había tardado en hablarme duramente. - Te dije que eras mi amor a los 6 años, pero sólo te reiste - Le respondo, después la agarro de su cabeza y le doy un beso en la mejilla bruscamente.

Comienza a caminar hacia la mesa donde se encuentra Leonardo, yo la sigo, me siento junto a Leonardo que está cometiendo un muffin. - ¿Que tal las clases? - Me pregunta Leonardo. - No me puedo quejar, además es el primer día - Le respondo agitando su cabello. - ¿Quien era la chica con la que hablabas? Es muy bonita - Lanza otra pregunta Leonardo. - Se llama Evelin Montserrat, yo diría que es hermosa - Le contestó con una sonrisa. - Espero que su lindura no sea sólo una apariencia que esconda sus defectos - Agrega Juliana. - No te pongas celosa cariño - Le digo guiñándole un ojo - No estoy celosa zopenco - Me dice con una mirada asesina. - Haz vuelto a la normalidad Juliana, parece que ya superaste tu nostalgia de hace un rato - Comenta Leonardo. - Ya quieres asesinar a Patrick de nuevo, y pensar que en la mañana parecían novios reencontrándose después de años - Le dice mi hermana, dirijo la mirada hacia mi hermana, que trae una charola con comida, pone lo que parece ser una malteada de chocolate frente a Leonardo, después pone frente a mi una hamburguesa de buen tamaño, con un jugo de durazno, mi favorito, después ella se sienta junto a mi con una ensalada. - ¿Segura que no quieres nada? - Le pregunta Valeria a Juliana, que parece viene de la cafetería porque trae una malteada. - Sus celos son suficiente alimento - Le dice Leonardo a Valeria. - Muy gracioso León - Protesta Juliana a lo que Leonardo reacciona con una carcajada. - ¿Celos de quien? ¿Y por quien? - Pregunta Valeria. - Celos por Patrick y de una tal Evelin - Le responde Leonardo. - Oh, el nuevo amor de Patrick - Dice con una sonrisa. - No es mi nuevo amor - Reclamo. - ¿Quien es tu nuevo amor hermanito? - Me pregunta Carolina. - Ah, la chica que viste cuando llegamos - Se autoresponde. Juliana se levanta haciendo su silla a un lado de la mesa donde estamos y se acerca a Leonardo. - ¿Podrías sentarte junto a Valeria? - El asiente con la cabeza, baja sus brazos, quita el freno de su silla de ruedas y se desplaza hasta llegar junto a Valeria, después de esto se sienta junto a mi. - La leona va a proteger su territorio - Le dice Leonardo a Juliana, la cual pone sus ojos en blanco.

Todos, menos Juliana, comenzamos a comer, la mesa se torna silenciosa, salvo por Leonardo que tararea una canción, llevo la mirada hacia la cafetería, divisó a Montserrat a la distancia, levantó la mirada viendo al cielo que se empieza a llenar de nubes grises por la época, es Agosto y acostumbra llover todos los días en este mes. - ¿Crees que llueva? - Me pregunta mi hermana. - Parece que si - Contesto. - ¿Saben cuanto tiempo tenemos de descanso? - Lanzó la pregunta al aire, para ver quién me contesta. - Una hora - Me contesta Juliana, después de que me contesta pongo mi brazo izquierdo extendido sobre la mesa, y mi codo de mi brazo derecho igual sobre la mesa, sólo que mi mano la pongo en mi barbilla, quedando en una posición reflexiva, veo que Montserrat camina, pasa cerca de nuestra mesa, agitando su mano saludándome, cuando me dispongo a responder el saludo con mi mano izquierda, Juliana entrelaza su mano con la mía, Montserrat ve este movimiento pero no deja de sonreír y yo solo le dirijo una sonrisa como respuesta al saludo.

¿Puedes Curar Mi Corazón Roto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora