Capítulo 14

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P.O.V ALANAH

Me despierto por el sonido de una alarma, ¿Donde estoy? No estoy en mi habitación estoy en una con paredes azules, la reconozco, estoy en casa de Leo. Intento levantarme pero un brazo en mi cintura lo impide. Miro al Lado y Leo esta dormido, tengo un poco de dolor de cabeza, miro debajo de las sábanas y abro mis ojos sorprendida, estoy en ropa interior.

--Leo, despierta, debemos ir al instituto.-- le digo. Él gruñe.

--Está bien.-- dice cortante.

--¿Por qué estoy en ropa interior?.-- le pregunto.

--Ayer querías hacerlo.-- dice con la cabeza enterrada en su almohada, me contó todo lo que paso anoche, sé que está enojado, puedo verlo en sus ojos. No vuelvo a beber en mi vida esas cosas.--Vístete te llevare a casa en un rato.-- dice. Fue a su baño y unos minutos después salió con el cabello mojado y una toalla envuelta en su cintura, unas gotas de agua se veían en su pecho, entro al armario aún con cara sería. Será mejor vestirme. Busque mi vestido que estaba hecha bulto en a un lado de la cama, volví a ponérmelo y peine un poco mi cabello. Leo salió con una camiseta blanca, una chaqueta de cuero nuestra, unos jeans negros y unos converse negros.--Vamos.-- me dice.

--¿Sabes donde están mis zapatos?.-- pregunto.

--No.-- dice.-- Ayer no los traías.--

--Da igual.-- digo, bajo a la primera planta y llego al auto de Leo, abre la puerta y me deja entrar. En el auto se hizo un silencio incómodo y ninguno hablaba. Al llegar a casa baje rápidamente.-- Si quieres entras.-- le digo. Abrí la puerta y la deje así, subí a mi habitación, cerré la puerta con pestillo.

Después de ducharme salí a mi armario. Encontré un jean negro un poco rasgado, una camiseta con mangas verdes, y unos vans verdes. Deje mi cabello suelto con dos mechones cojidos en la parte trasera de mi cabello, limpie mi cara y listo, aun tenemos 40 minutos para llegar así que voy a comer algo. Leo estaba en la cocina, comiendo de mi cereal. Yo hice lo mismo, me senté a su lado y comimos callados, cuando termine lave mis dientes y subí por mi mochila.

Cuando estuvimos de nuevo en el auto decidí romper el silencio.--No tienes por qué estar enojado.-- le digo.

--No estoy enojado.-- dice.

--Si lo estas, lo note desde que estábamos en tu casa.-- lo reprendo.

--Pues bien, si estoy enojado.-- grita.-- ¿Quieres saber porque?.-- asiento.-- Pues como te parece que ayer en la fiesta de la chica la cual me gusta, la busque como tres horas y cuando la encuentro estaba borracha, dejándose manosear de otros chicos, además de estar casi desnuda.--Vuelve a gritar, pero esta vez más enojado.--Y lo peor es que no sienta ni un poco de vergüenza de que ya todos la vayan a tomar por pu...-- no lo dejo terminar por que le pegó una cachetada. Menos mal aparco hace un rato.

--No te atrevas a llamarme así Leo.-- le grito.-- Mejor me voy caminando.-- digo, intento abrir la puerta pero me detiene antes de que lo haga.

--Tu no vas a ningún lado, esto lo hablamos aquí y ahora.-- me vuelve a gritar. Esta furioso sus ojos lo muestran todo.

--Pues como te parece que no quiero, nos vemos en clase.-- digo y ahora si me bajo del auto. Corro por las calles de Inglaterra, me voy por otro camino para que no me siga. Llegue al instituto y Leo estaba parado a un lado de su auto con el ceño fruncido. Lo paso de largo y entro al instituto.

No le hable en todo el día, ni siquiera en el evento de la noche, lo evite, ese día pasaba una limusina por mi sola y él me esperaría ya en el lugar donde se realizaría en el evento.

ALANAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora